SIN CONCESIONES
Ante todo, la verdad
Por Pablo A. Iglesias
2 min
Opinión10-03-2002
Éste es un homenaje a una persona que lo está pasando mal. Éste es un elogio a todos los periodistas que día tras día luchan por contar la verdad. Un homenaje a quienes cada día abandonan sus vidas y hacen de ella una noticia. Incluso, como Julio Fuentes y otros tantos, dan su vida por una noticia. Éste es un homenaje a quienes creen que verdad sólo hay una: pura e infinita. Éste es un homenaje para quienes desconfían de rumores y de falsas fuentes e indagan hasta saber la verdad de las cosas. Es también un homenaje a los que viven para saber y saben que nunca sabrán todo por mucho que dediquen su vida a ello. Éste es un homenaje a esos periodistas honrados, informadores de calle e inconformistas de la realidad que quieren hacer de este mundo un mundo mejor simplemente informando. Ésta es también una crítica a quienes inventan la realidad. Es una crítica a políticos, difamadores, malintencionados, manipuladores y mentirosos compulsivos que tergiversan la verdad y hacen de ella un negocio. Ésta es una crítica a aquellos que, por tener o estar en el poder, se consideran en el derecho y el deber de destruir toda verdad que no sea la suya. Es una crítica, y muy dura, a quienes piensen que verdad hay tantas como personas o, peor aún, que no hay más verdad que la suya. Unos y otros mienten consciente o inconscientemente. Pero la crítica no exime ni a otros ni a unos, como tampoco exime de culpa la Ley cuando se incumple por desconocimiento. Ésta es una crítica a cuantos juegan con la verdad como el que lanza los dados o lanza la pelotita a la ruleta. Es también una crítica a los fans del todo depende y a los del así son las cosas... Ni es tan fácil ni es tan difícil hallar la verdad cuando, como el destinatario de este homenaje, lo da todo por contarla a quienes confían en él. Para él y para otros tantos, éste es un mensaje de ánimo. Más aún para quienes en alguna ocasión han pensando que el Periodismo es una basura pero han seguido dando todo por la verdad. Es una palmadita en la espalda a quienes, sin llegar a la verdad, están empeñados en acercarse paulatinamente a ella. Es, sin duda, un grito de ánimo a aquellos que descubren una mentira cuando creen tener la verdad delante y comienzan de cero para informar como Dios manda a los demás, ya sean sólo amigos, familiares, lectores, oyentes, navegantes, espectadores... Ésta tiene que ser también una llamada a no rendirse nunca a quienes bien empiezan o bien están a punto de dejarlo. Y, por supuesto, ésta es una llamada a la esperanza a un periodista que lo está pasando mal. A uno, en concreto. Pero es también un abrazo de aliento a otros tantos informadores que viven perseguidos por decir la verdad e insisten en decirla. Va por ellos.
Seguir a @PabloAIglesias
Pablo A. Iglesias
Fundador de LaSemana.es
Doctor en Periodismo
Director de Información y Contenidos en Servimedia
Profesor de Redacción Periodística de la UFV
Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito