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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

La noche de San Juan

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Sociedad20-06-2010

La noche más corta del año se ha puesto de moda. Que si hay que ir a celebrarla a la playa, que si hay que practicar ritos para dispersar los malos espíritus, que si se deben pedir deseos... Pero la explicación a esta fiesta es mucho más sencilla, pues por algo se llama como se llama, San Juan. Habrá quien diga que la efeméride surgió para eclipsar liturgias paganas de culto al sol, pero es tan sencillo como recordar que los evangelios -ese libro que da tanta alergia- afirman que la prima estéril de una tal María estaba embarazada de tres meses cuando ésta la fue a visitar. Y si uno cuenta seis meses más ¡bualá!: se topa con el 24 de diciembre, Nochebuena, que por algo es la víspera de la Navidad y se llama así, en honor al nacimiento de Alguien. Así que este año, en el que está tan calentita la Ley de libertad religiosa, tanto o más que las ascuas que se consumen estos días en numerosas localidades de la Tierra de María, la noche de San Juan debería celebrarse por todo lo alto: emborrachándose, pasando las horas en vela, remozándose sobre la arena y desfasando a no poder. Vamos, la moda misma. Lo malo es que el último grito de la evasión y la diversión aparente trae sus consecuencias, como la de autoengañarse con ser dueño de una felicidad cuyo concepto muchos desconocen. La alegría momentánea, las risas y el descontrol no son felicidad sino mentira. Felicidad es una actitud ante la vida, incluso mucho más. Si no quizás convenga leer un poco y enterarse quién era ese mágico San Juan al que se refiere la noche más corta del año: un tipo que iba recubierto con una piel de camello, que se alimentaba de saltamontes en el desierto y que decía bautizar en nombre de Otro -¡luego murmuran de la juventud de ahora!-. Pero resultó que por hacer ésto último a Juan le cortaron la cabeza por puro capricho y diversión de una moza un pelín especial. ¡Menudo plan de vacaciones! Pero eso sí, el tipo al parecer fue feliz, y el Otro aún continúa dando mucho que hablar aunque más de uno quisiera echar su mensaje a las hogueras. Que San Juan les bendiga.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo