Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ROJO SOBRE GRIS

Camisa roja sobre tabla gris

Fotografía

Por Amalia CasadoTiempo de lectura2 min
Opinión04-01-2010

La tabla de la plancha de mi casa tiene una funda gris. Mi marido tiene una camisa roja. Estaba sentada en la cocina, que es naranja, tomando el café negro mañanero. Y al otro lado de la mesa mi madre planchaba la camisa roja sobre la tabla gris. Las madres quieren para siempre. Nos podemos confundir, podemos hacer cosas mal y hasta garrafalmente mal. Podemos hacerlas llorar y podemos hacerlas sufrir, pero una madre es madre para siempre, y no podemos hacer nada para que deje de querernos. Siempre plancharán nuestras camisas y las de nuestros maridos o viceversa. Llamaremos a su puerta y siempre habrá una sonrisa esperándonos al otro lado, y los restos de la nevera se convertirán siempre en una deliciosa comida o en una exquisita cena. En una hora limpian la cocina, te suben el bajo de un vestido, dejan la casa en orden perfecto, hacen la compra y han hecho la colada. Te han dado un repaso al armario, al pelo, a las arruguitas de la cara y te han leído la cartilla así como que no quiere la cosa. El baño de tu casa sólo lo limpia tu madre como tú, y las camisas sólo las plancha tu madre como tú. Y cuando me refiero a "madre", me refiero también a una buena suegra, como la que Dios ha tenido a bien regalarme. Miraba a mi cuñada, recién mamá, y pensé: "para toda la vida, madre de su hijo". Y es que esta Navidad he disfrutado de mi familia ampliada: la mía, la de mi marido y la de mi cuñado. Y ha sido un verdadero regalo compartir todos juntos el comienzo del año. Un sueño infantil hecho realidad. De cualquiera de los que estaban allí podría esperar un zumo de naranja recién exprimido cualquier mañana. A cualquiera se lo prepararía con verdadero placer. Nos recordaba hoy en la homilía mi sacerdote favorito que a veces creemos que nuestra infelicidad está en tener cosas que creemos que nos faltan o en que desaparezcan las que nos hacen sufrir, lo que nos ciega para descubrir que la verdadera felicidad está en salir de uno mismo y volcarse en los demás hasta dar la vida por ellos. Especialmente en los que tenemos cerca -sí, hermanita, tienes razón-. Pues a todas esa personas en nuestra vida que son ejemplo de exprimirse por los demás, que son capaces de sobreponerse a sus sentimientos momentáneos y a sus apetencias personales para darnos gusto y buscar nuestro bien... A esa camisa bien planchada, a esa tarta preparada entre toma y toma, a esa regañina bien dada, a ese cariño puesto en cuidar a los padres y a los suegros, a ese regalo tan pensado y acertado... a todas esas pequeñas grandes entregas de cada día, rutinarias o especiales, Rojo sobre gris.

Fotografía de Amalia Casado

Amalia Casado

Licenciada en CC. Políticas y Periodismo

Máster en Filosofía y Humanidades

Buscadora de #cosasbonitasquecambianelmundo