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ROJO SOBRE GRIS

Por qué siempre huele a entonces

Fotografía

Por Amalia CasadoTiempo de lectura2 min
Opinión30-11-2009

Cuando llueve vuelvo a mi infancia; a una tarde oscura, a una calle de Burgos, a un coche en doble fila y a una papelería a la que nos llevó mi madre, no recuerdo para qué. Vuelvo a una mañana, también oscura, cuando quise ponerme dos coletas para ir al colegio. Tenía un impermeable rojo. El de mi hermana era azul. Aún no había amanecido. Cuando llueve regreso también a mi mesa de estudio en casa, una tarde de domingo, y al tintineo de las gotas cayendo sobre el metal del tendedero mientras estudiaba sociales, o naturales, o las siempre escurridizas matemáticas. Yo no sé por qué tantas cosas me devuelven a la infancia. No sé porqué los recuerdos son siempre de mi niñez, porqué la lluvia huele a entonces, y el sol huele a entonces, y el suavizante huele a entonces. A veces esto me hace sufrir. No es un dolor físico. Es como un sentimiento de culpabilidad por si la memoria y el corazón tienen alguna relación. Me pregunto si no recuerdo porque no amo, y me consuela saber que nada puede superar la capacidad de impresión de un niño. Cuando me pasan estas cosas, miro a mi alrededor como para absorber y retener todo lo que veo. Intento sentir algo, sentirlo hondo, grabarlo en mi corazón para volver ahí algún día, como si fuera uno de esos puntos que se marcan en el ordenador para poder volver a esa configuración en cualquier momento. Esta semana me ha pasado. Estaba sola en casa. Eran las 7 de la mañana, y me tomaba un café. Estaba sentada. Entonces vi con toda claridad que mi marido es una persona a la que tengo que conocer cada día más, y que para eso necesito dedicarle tiempo. Me di cuenta de que puedo vivir a su lado en paralelo sin mirarle, sin construir juntos nada de los dos, cuando lo que yo quiero es que un día llueva y el entonces al que huela sea un entonces también con él; que el motor de un coche, las baldosas de una acera, las luces de Navidad o el titirar en un día frío de invierno me lleven a un lugar en mi memoria con él. Rojo sobre gris a las tardes de lluvia que nos hacen crecer.

Fotografía de Amalia Casado

Amalia Casado

Licenciada en CC. Políticas y Periodismo

Máster en Filosofía y Humanidades

Buscadora de #cosasbonitasquecambianelmundo