ANÁLISIS DE ESPAÑA
Blanco y negro igual a gris
Por Alejandro Requeijo2 min
España04-10-2009
No quieren ser España, pero luego piden que los buques de la Armada Española defiendan a sus pesqueros en Somalia. Quieren ser independientes, pero luego corren a descorchar su cava cuando les agracia la Lotería Nacional. Quieren ser un Estado, pero sin que su ejército desarmado deje de jugar la Liga Española o la Copa del Rey (de España). Subir impuestos era de derechas, pero ahora cabe perfectamente en el ideario de izquierdas. Critican la subida impositiva, pero en Madrid se recauda hasta de la bolsa de basura. Piden austeridad, pero que nadie toque el sistema de financiación de los partidos. O las cenas a todo trapo en plazas de toros o las reuniones secretas en paradores de lujo. La crisis la pagarán los más ricos, pero Cataluña cada vez tiene más y Extremadura cada vez menos. El cambio en Euskadi ahora es tolerancia cero con el terrorismo y su entorno, pero antes el cambio era preguntarle a Batasuna. Cualquier inversión en la lucha contra el terrorismo es poca, pero nadie se rasca es bolsillo para eliminar de las carreteras los guardarrailes asesinos. Critican las sucesivas consultas de Chávez en Venezuela, pero a nadie le molesta que la Constitución Europea salga a la tercera. Fidel Castro es malo porque oprime a su pueblo, pero el bolivariano no deja de ser un buen socio con el que hacer negocios. Quieren ser adultos, pero sin más obligaciones que las de pillar los hielos para el botellón. Están en contra de la píldora, pero no gastan tiempo en explicarles las alternativas. Se lo dejan a Física o Química. Quieren que sean adultos, pero cada día les dan más facilidades para no asumir responsabilidades. La Justicia española era un referente cuando se trataba de juzgar a genocidas africanos y dictadores bananeros, pero es un elemento incómodo cuando en el banquillo de los acusados se pretende a los responsables de Guantánamo o de las matanzas en Gaza. Garzón era un ejemplo de independencia cuando perseguía el terrorismo de Estado, pero no cuando lo que investiga es el choriceo de Estado. Y en un mismo lodo, todos manoseaos.
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Alejandro Requeijo
Licenciado en Periodismo
Escribo en LaSemana.es desde 2003
Redactor de El Español
Especialista en Seguridad y Terrorismo
He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio