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PUNTOS DE DEBATE

Golpe ¨democrático¨

Fotografía

Por Elías SaidTiempo de lectura3 min
Opinión05-07-2009

Muchos hemos visto atónitos lo que ha venido sucediendo las últimas semanas en Honduras. Mucho se ha hablado al respecto, y sobre todo, resultan sorprendente las formas y el nivel de rotundidad que de dicha acción, inclusive apoyada por el propio partido de dicho presidente, ya que el actual presidente de facto (Micheletti) hace parte de éste. Tal como se manifestara en un editorial del New York Times, resultó extraña la rapidez de transición del mando militar una vez despachado en vuelo directo de Costa Rica a Zelaya, al congreso hondureño. Por si no bastara poco, el escenario internacional se ha visto arrastrado por la política comunicativa del presidente de Venezuela, quien ha liderado y mediado la dinámica de apoyos vinculado con un presidente legítimo, depuesto a la fuerza, como Zelaya, pero carente de cualquier apoyo institucional al interior de su país. Ello ha hecho que encontremos en medio de un circo político internacional alrededor de la delicada situación de la democracia de aquel país y del resto de dicha región, ya que lo sucedido en Honduras dio muestras claras de los carentes mecanismos de diálogos y fortalezas institucionales supranacionales capaces de reestablecer el orden al interior de cada país, sin el empuje o intereses detrás de caudillos regionales. Hasta Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos se han visto comprometidos a seguirle el juego al presidente de Venezuela para no demostrar sus debilidades, el primero, o para no ser percibido como un imperio que continúa con la política Monroe en su agenda regional. Avisos de arribo de Zelaya a Honduras, advertencias de ¨intercepción¨ del avión que le llevaba a Tegucigalpa el pasado fin de semana, así como las advertencias y juegos de fortalezas entre quienes están al mando en aquel país y los actores políticos internacionales, hacen difícil vislumbrar una salida a estas alturas. Lo vivido por Zelaya no solo es un golpe de estado de facto, sino que es una advertencia del precario estado de salud que viven los países latinoamericanos, atentos a los movimientos pendulares de la extrema polarización que se ha venido gestando en esta parte del continente, desde las posiciones más radicales de la izquierda y la derecha en ella. El caso de Honduras es una muestra de que la región latinoamericana sigue estando dominada por los ciclos pendulares de movimientos ideológicos, motivados por quienes han venido detentando el poder históricamente, quienes han hecho en aquel país la muestra de lo que mejor saben hacer (mantener el status quo a la fuerza si es preciso); y quienes detrás de los rostros de cambio y de falsa izquierda intentan erosionar el poder de los primeros. Que vuelva Zelaya a Honduras a estas alturas lo dudo. Si yo fuera él, lo que me queda es seguirle el juego a quien ha venido moviendo los hilos detrás de su persona a nivel internacional, Chávez, para ver si se abre una ventana para mi retorno o para una opción que me evite quedar como el primer presidente en pijama derrocado en la región. Pero lo cierto es que plantearse el regreso en términos de restitución del cargo, sabiendo que todas las instituciones le están en contra me parece un poco utópico. No sólo los presidentes regionales están asustados al verse salir del país en pijama; sino que las clases ricas regionales pueden estar viendo el devenir de esta historia en un modelo a seguir para muchos casos de la región. Todo ello, mientras la democracia regional no ha dado muestra de nuevo de vacíos en los que el péndulo se de golpes de mesas se mueve igual de fuerte que hace unas décadas atrás.

Fotografía de Elías Said