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PUNTOS DE DEBATE

Chávez y su circo

Fotografía

Por Elías SaidTiempo de lectura3 min
Opinión31-05-2009

Una semana más hemos sido testigos de la capacidad que tiene el presidente venezolano de montar el circo. En el marco de su maratoniano programa presidencial, Aló Presidente, en la celebración de sus 10 años de transmisión, no sólo se limitó a descalificar a sus adversarios, como es usual de él, ni a llevar a cabo sus usuales reflexiones y avances de la revolución entre quienes le ríen y asientan siempre todo lo que dice, sino que lanzó una invitación el pasado viernes para debatir con intelectuales ¨liberales¨ (de derecha) y ¨progresistas¨ (afectos a su particular forma de ver las cosas). Apenas transcurrieron un par de horas cuando, los intelectuales liberales aludidos por esta invitación, el peruano/español Mario Vargas Llosa, y los mexicanos Enrique Krauze y Jorge Castañeda, participantes de un Foro realizado por el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (CEDICE), aceptaron dicha invitación pero pidiendo no hacerlo tan académico (solo entre intelectuales), llegándose a proponer por parte de estos intelectuales un debate solo entre Chávez y Vargas Llosa, en el programa populista Aló Presidente. Como ha venido siendo costumbre en Chávez, no aceptó este cambio de guión original, sino que retrocedió, como nos tiene acostumbrado hacer cuando se siente en condición de inferioridad, esta vez, intelectualmente. Como es de suponer, el presidente venezolano no aceptó, dada su alta conciencia de la profundidad de su ser como constructor de conocimiento, y prefirió asumir un rol provocador, una vez más, dejando claro que él solo ¨debate con presidentes¨ y que él es ¨solo un simple soldado al servicio de su pueblo y no un intelectual¨. Estos fueron algunos de los argumentos dados como respuestas por Chávez para ocultar sus profundas deficiencias intelectuales. Por lo demás, resulta llamativo ver cómo por una parte es una persona por encima de otras, al solo dialogar con presidentes de Estados, y a la vez hace parte de un pueblo, no de presidentes precisamente. Por el estilo de este presidente, creo profundamente que la invitación cursada y su posterior declinar por ambas partes, no sólo nos hizo ver a un mandatario que no sabe darse su rol como tal, al azuzar y descalificar a cuanta persona se le oponga, sino que muestra nuevamente su alta capacidad para montar un circo, que no creo que se hubiese realizado de haber verdaderas intenciones por parte de Chávez, sino que sólo fue una nueva forma de llamar la atención, aunque ello haya generado una nueva carcajada mundial en torno a su figura. Que presidentes charlen y debatan con intelectuales en público, no es lo más común. Ambos tipos de personas se suelen ubicar en particulares esferas de lo público; pero sí creo que de haberse aceptado los términos totales de Chávez, los intelectuales liberales hubiesen caído en el juego de éste, al estar en un espacio hostil y presto a aplaudir a los oponentes mientras el moderador era el propio presidente, afecto a uno de los bandos en el intercambio de ideales. Como bien sabía Vargas Llosas y otros, curtidos por la cantidad de debates en su haber, se hubiese asumido este escenario si en verdad hubiese traído consigo un cambio de perspectiva. Chávez no solo montó un circo sin tener, creo, si quiera interés de compartir con otro tipo de personas qué es el socialismo del siglo XXI, por ejemplo, sino que es consciente de que la única forma de mayor visibilidad sin importar que, como bien diría el Quijote, ¨es tan ligera la lengua como el pensamiento, que si son malas las preñeces de los pensamientos, las empeoran los partos de la lengua¨. Ello, con el último fin de inventarse pasiones para ejercitarse ante nosotros, mientras procura hacer de una puesta teatral, un nuevo triunfo de la revolución.

Fotografía de Elías Said