ANÁLISIS DE CULTURA
El negocio está servido
Por Marta G. Bruno
2 min
Cultura31-05-2009
Llega el estallido de la primavera con sus últimos coletazos a la vez que saluda la llegada del verano. A todo madrileño esto le recuerda, entre otras cosas, el comienzo de uno de los eventos más tradicionales de la capital, un ritual anual y obligatorio. A ritmo de barquillo, olor a flores y ambiente “dominguero”, llega la feria del libro. Esta cita se instauró hace 68 años en una España donde la cultura en estos ámbitos era más profunda y tenía más peso que la cuestión económica vigente. Hoy, por desgracia, no podemos decir lo mismo. La cita que congrega a miles de personas en el paseo de Coches del madrileño parque del Retiro se ha convertido en un escenario de la promoción librera en el que toman protagonismo grandes autores del panorama literario actual, pero también lo hacen otros tantos que difícilmente se les podría llamar “escritores”. Casualmente, personajes como el periodista David Cantero, Nuria Roca, Eduardo Punset o Manu Carreño son algunos de los invitados que firmaron libros en la feria. Se puede asegura sin pudor que hoy cualquiera puede escribir un libro, y más en momentos de crisis. Pero no sólo eso, sino que el objetivo de celebrar esta cita parece ser más bien el de “hacer caja”, cuando lo necesario es fomentar una riqueza cultural entre la población que nos ayude a todos a comprender con más fundamento la verdad del complicado mundo actual o que, simplemente, desarrolle la inteligencia de las personas. Nos encontramos en los albores de la sociedad digital. Por suerte o no, la comunidad librera se muestra aún reacia a atreverse con el libro electrónico. Es curioso que en 1995 se montara una carpa dedicada a la literatura en este soporte. Este año no se ha dado el caso. Las razones son obvias. La Feria del Libro siempre ha sido, y será un evento en el que se fomenta la lectura sobre papel, pues está lejos de tratarse de una celebración sobre soportes DVD o tecnologías de ningún tipo. Estamos en crisis, pero no nos hartamos por ello de leer, y suponemos que el mercado está en alza. El Salón del Cómic de Barcelona, que se ha celebrado simultáneamente, ha batido récords con el humor de dibujantes irónicos que mezclan las hazañas del superhéroe Spiderman con la aparición del presidente Obama. Todo un ingenio, mezclado con los performances improvisados que se mueren por los héroes del mítico tebeo. Nos gustan las ferias, los “saraos”, pero aún quedan muchos lectores potenciales. Atrás quedó el teatro ambulante de Federico García Lorca y la llamada “Edad de plata”. Algún día remontaremos, o eso espero.
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Marta G. Bruno
Directora de Cultura de LaSemana.es
Licenciada en Periodismo
Estudio Ciencias Políticas
Trabajo en 13TV
Antes en Intereconomía TV, La Razón y Europa Press