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RELIGIÓN

Benedicto XVI concluye su visita a Tierra Santa abogando por la paz

Por Luis A. LópezTiempo de lectura3 min
Sociedad15-05-2009

Benedicto XVI pidió expresamente desde Tierra Santa la reconciliación entre palestinos e israelíes, y de una forma clara y sin titubeos“la creación de dos estados como única salida al conflicto israelí-palestino, durante el viaje más político de los 12 que ha realizado en cuatro años de Pontificado, que comenzó en Jordania, y siguió en Israel y Cisjordania.

El Papa, al despedirse en el aeropuerto de Tel Aviv de Shimon Peres y Benjamin Netanyahu, presidente y primer ministro de Israel, respectivamente, reclamó que "la solución de dos Estados sea una realidad, que no sea un sueño". El Sumo Pontífice, que acababa de visitar el lugar donde Cristo nació y fue sepultado, reiteró, como "amigo de palestinos e israelíes", su petición de una solución negociada. "Apelo a todos los pueblos de estas tierras para que no se derrame más sangre: ¡No más combates, no más terrorismo, no más guerra!". Pidió, además, que se reconociera universalmente el derecho de existencia del Estado de Israel,“para que viva en paz y seguro dentro de fronteras internacionalmente aceptadas. Peres, por su parte, invitó al Papa a "ayudarlo a despojar al terrorismo de su coartada religiosa", mientras Netanyahu le solicitó que "denunciara con fuerza las amenazas de Irán de destruir Israel". Una conmovedora visita a un campo de refugiados palestinos, a las puertas de Belén, en Cisjordania, fue uno de los momentos más emotivos de su viaje. Fue en ese momento en el cual el sucesor de Pedro denunció el embargo israelí contra Gaza, así como el "trágico" muro de separación construido por Israel, cerca del cual se encontraba. La visita del pontífice, de origen alemán, generó también mucha polémica entre los judíos, que calificaron de“demasiado tímido su discurso pronunciado en el Memorial Yad Vashem, emplazamiento que recuerda a los seis millones de judíos fallecidos en el genocidio nazi. "Tantos judíos (...) fueron exterminados brutalmente por un régimen sin Dios que propagó una ideología antisemita y de odio. Ese capítulo espantoso de la historia no debe ser jamás olvidado ni negado", repitió durante la ceremonia de despedida en el aeropuerto. El Vicario de Cristo recordó su visita al Memorial como "uno de los momentos más solemnes" de su estancia de cinco días en Israel y la comparó con aquella que realizó hace tres años al campo de exterminio de Auschwitz. Pese a ello, la prensa israelí y varios dirigentes políticos, inclusive el presidente del Parlamento, consideraron insuficientes las palabras del Papa sobre el Holocausto. Las complejas relaciones entre la iglesia católica e Israel se habían vuelto más tensas en los últimos meses por la decisión del Vaticano de apoyar la canonización del controvertido Papa Pío XII, acusado de mantener el silencio frente al exterminio de millones de judíos, y por el levantamiento de la excomunión en enero a un obispo integrista británico que negaba la existencia del Holocausto. Benedicto XVI, que se descalzó en Jerusalén en la Mezquita de la Roca -uno de los sitios más sagrados del Islam- y estrechó las manos de sobrevivientes del Holocausto, colocó un mensaje en el Muro de Lamentaciones y se reunió con los dos grandes rabinos de Jerusalén, con quienes tuvo palabras de acercamiento respecto a las otras religiones, en particular con los musulmanes, e hizo un llamamiento a la unidad de los cristianos ante el patriarca greco-ortodoxo de Jerusalén, Teófilo III. Aunque para buen resumen de lo que ha supuesto esta peregrinación papal, habría que recurrir al director de la Oficina de la Información de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, quien consideró que el Papa ha cumplido la misión que se había propuesto en Tierra Santa:“hacer que la paz resuene en los diferentes rincones religiosos, sociales y políticos. "El Papa ha hablado mucho de paz, como había prometido: treinta discursos, pero un solo mensaje: Paz, paz, paz".

Fotografía de Luis A. López