Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ANÁLISIS DE ESPAÑA

Otra oportunidad perdida

Fotografía

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura2 min
España03-05-2009

Así, sin más. Hay semanas que simplemente pasan. Haciendo mucho o poco ruido, pero sin que aparentemente nada cambie. El protagonismo absoluto de la crisis económica tan sólo se ha visto ahora amenazado por una gripe, que se convirtió en epidemia y luego se elevó a pandemia (enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región). Los hay quien piensan (mal) que somos muchos y que de vez en cuando hay que inventarse estas cosas para solucionar el exceso de aforo en un mundo con demasiadas bocas que alimentar. Conspiraciones aparte, la crisis se lleva puestos de trabajo mientras la gripe porcina de momento sólo mexicanos. Pero el resto del mundo ya aguanta la respiración por si la cosa va en serio. A los estornudos ya no les sigue un Jesús, sino un inevitable silencio de incertidumbre y miradas inquisitorias. Y si estos argumentos ya eran suficientes para eclipsar las tribulaciones diarias de PP y PSOE de cara a una campaña por las elecciones europeas ya de por si poco interesante, resulta que viene Sarkozy. La visita del vecino de arriba ha servido de nuevo para escenificar la particular relación entre franceses y españoles. Dos vecinos con un pasado de enfrentamiento convertido ahora en una aparente relación de amistad para siempre que casi nadie se cree. Porque la enturbian demasiados recelos y comparaciones. Porque mientras unos confunden amistad con admiración incondicional a costa de repudiar lo propio, otros se pierden en el exceso de prejuicios. Y ni una cosa ni la otra. Así es imposible que haya amistad (afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato) o algo que se le parezca. Otra cosa son los intereses políticos y la colaboración en temas concretos. Sarkozy es uno de esos políticos que habla claro pese a quien pese. Puede gustar más o menos, pero su talla política es innegable. Tiene ideas propias, ganas y coraje para llevarlas a cabo. Su paso por España debería haber hecho reflexionar a más a de uno sobre estas cuestiones. No sólo aquellos a quienes la comparación directa deja en clara desventaja, sino a quienes tiene la responsabilidad de reconocer con sus votos virtudes y no amagos. Pero no ha sido así. Se ha perdido otra oportunidad. Diluida en comparaciones sobre tajes, sonrisas, alturas (esas que sólo se miden en centímetros) y hasta los culos a la francesa A falta de noticias, novedades, proyectos ilusionantes, soluciones verdaderas a problemas verdaderos. Ante la ausencia de referentes, ideas, líderes. Incluso cuando el mundo parece que se acerca de su fin acorralado por una pandemia irrefrenable el españolito se entretiene mirando al vecino y chismorreando. Y sus políticos también. Lo dicho, una semana más, otra oportunidad perdida.

Fotografía de Alejandro Requeijo

Alejandro Requeijo

Licenciado en Periodismo

Escribo en LaSemana.es desde 2003

Redactor de El Español

Especialista en Seguridad y Terrorismo

He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio