ACHIQUE DE ESPACIOS
Mala suerte con valentía lo es menos
Por Nacho García Barco2 min
Deportes03-02-2002
César Argilés no ha podido cumplir el objetivo que quería en el Europeo de balonmano. Sin embargo, su trabajo no merece ser juzgado por el séptimo puesto que consiguió España: la mala suerte y la inexperiencia de los tres jugadores jóvenes que debutaron con el combinado español, Íker Romero, Santiago Urdiales y Carlos Prieto, avalan el trabajo de un seleccionador que tiene la mira puesta en el futuro, y que se vio perjudicado por la lesión de Talant Dujshebaev y la renuncia de Andrei Xepkin. España ha dejado claro que le falta un punto de experiencia para afrontar los partidos importantes, pero ese lastre debe ser un voto de confianza para César Argilés, que decidió asumir el mando de la selección para renovarla en un momento difícil, después de que Juan de Dios Román llevó al equipo español a las medallas en los últimos Europeos -plata en 1996, en España, y en 1998, en Italia, y bronce en Croacia, en el 2000- y al bronce en dos Juegos Olímpicos, los de Atlanta y Sídney. El fiasco español de pasar del quinto puesto del último Mundial al séptimo del Europeo, con serlo, es más relativo que el de Francia, que ha pasado de conseguir el título a la sexta plaza, y más aún por la valentía del seleccionador al aceptar una patata caliente. Además de comprobar que la máxima igualdad de los equipos en el panorama europeo no es mera palabrería, la incorporación al elenco de favoritos de Alemania, Islandia y Dinamarca demuestra la dificultad para alcanzar las medallas en cualquier competición. Por tanto, lo que no puede hacer la Federación Española es acostumbrarse a los tiempos de vacas gordas. El escaso tiempo de que dispondrá la selección para preparar la repesca de clasificación para el Mundial de Portugal ha dejado al descubierto la falta de previsión de los dirigentes. Queda que lo resuelvan de la mejor manera y no repitan el desaguisado: el pasado reciente del balonmano español y la perspectiva de futuro lo merecen.