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ECUADOR

Una nueva legislatura de socialismo para Ecuador

Por LaSemana.esTiempo de lectura4 min
Internacional03-05-2009

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, renovó la pasada semana su mandato dos años despúes de que asumiera su cargo al frente del país tras vencer unas elecciones cuyo resultado calificó de "revolución ciudadana". Seguidor del llamado "Socialismo del Siglo XXI" y aliado, aunque no entusiasta, de Hugo Chávez, el Gobierno de Correa ha estado marcado por el incremento de las ayudas sociales en beneficio de los más desfavorecidos. Sus apoyos fuera de Latinoamérica sin embargo, son pocos.

La Revolución Ciudadana destinada a desbancar del poder a los partidos políticos tradicionales, títeres según el propio Correa de los intereses de las grandes empresas, tendrá continuidad. Ello se debe principalmente a que el casillero de los logros del presidente Correa es peligrosamente parecido, al menos en magnitud, al de temas pendientes y fracasos tras estos dos años de gobierno. Unos 24 meses en los que las ayudas sociales y la inversión del Estado han crecido de manera muy significativa en determinadas áreas pero que parece haberlo hecho en detrimento del crecimiento económico del país. La reforma de la Constitución Cuestiones económicas aparte, el proyecto político de Correa giró en torno a la Asamblea Constituyente que proyectó una reforma de la Carta Magna ecuatoriana para entrar en el siglo XXI. Dicha Asamblea, elegida democráticamente, estuvo fuertemente controlada por los partidarios de Correa, que ocupaban dos tercios de los 130 escaños. Entre las reformas más significativas que el presidente ecuatoriano introdujo en la Constitución se encuentran la redistribución de la riqueza, importante en un país con fuertes diferencias; la obligatoriedad de que los cargos públicos rindan cuentas de su gestión ante el Parlamento; la posibilidad de revocación de mandato de todas las autoridades y la ratificación de propiedad estatal de los recursos naturales. Además, según el dominante partido de Correa, Alianza País, la nueva Constitución impulsará una revisión de los contratos mineros con las empresas extranjeras y la creación de nuevos partidos políticos con ideologías claras para que sustituyan los actuales, los cuales son a juicio de los partidarios de Correa el brazo político de los intereses económicos de otros. Una maniobra política de dudosa legitimidad Pese a lo ambicioso del proyecto, la Asamblea Constituyente ha resultado ser una de las principales fuentes de críticas al presidente ecuatoriano. Primero porque tardó meses en redactar el artículo primero de la nueva Carta Magna y, segundo, porque la Asamblea llegó a fagocitar, en una maniobra de más que dudosa legitimidad, al verdadero Parlamento. En una operación en la que el propio Correa fue el principal beneficiado dado que su partido carecía de representación en el Parlamento porque no se presentó a las elecciones legislativas, la Asamblea Constituyente copada por Alianza País asumió plenos poderes tras suspender el Parlamento y dejar a los diputados desprovistos de sueldo. Avances sociales y económicos Contrario al neoliberalismo, al que acusa de la mayoría de los males del continente latinoamericano en los últimos años, el Gobierno de Correa ha impulsado la participación del Estado en diversos sectores y, sobre todo, ha reforzado su inversión en actividades sociales. Después de reducir a la mitad el sueldo de todos los mandatarios más importantes, incluyendo el de la figura del propio presidente, el Ejecutivo ecuatoriano duplicó los bonos de Desarrollo Humano y de Vivienda, ambos encaminados a ayudar a las familias con menos recursos en los primeros meses de mandato. Asimismo, inyectó grandes sumas de dinero en renovar el sistema penitenciario, que soporta casi al doble de reclusos de para lo que fue proyectado, las Fuerzas de Seguridad, la educación, los transportes, la agricultura y la protección del medio ambiente. Precisamente la faceta verde del Gobierno de Correa ha sido una de las más cultivadas en estos meses después de que el país retornara a la Comisión Ballenera Internacional y ha cerrado unos de los campos de petróleo más productivos del país por encontrarse en una zona natural protegida, el Parque de Yasuní. Pese a sus logros en materia social, Correa no pudo evitar el bajo crecimiento económico del país en su primer año de mandato, un 1,8 por ciento en 2007, que su partido achaca a la herencia de los gobiernos anteriores y la oposición al clima de incertidumbre que Correa ha creado en los inversores extranjeros, cuyas dudas han afectado principalmente al sector petrolero. Sin embargo, el país creció un espectacular 6,8 por ciento en 2008, algo remarcable en tiempos de crisis. Unas relaciones internacionales tendentes al regionalismo En el marco global, Ecuador ha barrido para casa en estos primeros años de mandato de Correa tras romper las negociaciones con Estados Unidos para establecer un Tratado de Libre Comercio por el peligro que conllevaba para los agricultores nacionales. Asimismo, Correa ha rehusado renovar el permiso de Washington para que siga disponiendo de una base militar en el puerto de Manta a no ser que el Gobierno norteamericano autorice a Ecuador disponer de otra instalación similar en su territorio. En detrimento de sus relaciones con Estados Unidos, Ecuador ha reforzado sus lazos con los líderes de izquierda iberoamericanos y se ha embarcado en distintos proyectos de cooperación económica y comercial como las Naciones Unidas Sudamericanas.

Fotografía de LaSemana.es