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ANÁLISIS DE ESPAÑA

¿Acabar con ETA?, así sí

Fotografía

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura3 min
España19-04-2009

Pongamos que sí. Que Conde-Pumpido tiene razón. Es decir, que la policía no colabora a la hora de luchar contra las marcas electorales de ETA porque sólo le pasa los informes a Garzón. Pongamos también que las acusaciones del fiscal general únicamente persiguen el noble objetivo de fortalecer las herramientas del Estado de Derecho frente a las artimañas de los terroristas. Pongamos además que la salida de pata de banco nada tiene que ver con los celos hacia el juez estrella de la Audiencia Nacional. Que entre ellos no hay nada de una lucha de egos por colgarse medallas y marcar los tiempos de la Justicia. Pero ahora pongamos también que Conde-Pumpido no fue la persona por la que preguntaba Otegi desde el banquillo de los acusados. Pongamos que el fiscal general tampoco fue quien ideó la pirueta jurídica que permitió a ANV acudir parcialmente a las urnas en pleno proceso de paz. Y permanecer más de un año en las instituciones. Luego él mismo se descubrió cuando admitió no ser partidario de hacer un “Guantánamo electoral”: Pongamos también que Conde-Pumpido no fue quien dijo que había que adaptar la Justicia al contexto político, ni el que habló de mancharse las togas de barro....Pongamos que el fiscal de cabecera de Zapatero perdió una buena oportunidad para callarse antes de cargar contra la Policía. Con el citado historial, nada de lo que diga en relación a la lucha antiterrorista cuenta con legitimidad o crédito alguno. Casualidad o no, dos días después, el cuerpo al que acusó de deslealtad logra la detención de Jurdan Martitegi, último número uno de ETA. Van cuatro (junto a Thierry, Txeroki e Iriondo) desde que se acabó la tregua en junio de 2007. Pero no sería justo monopolizar el mérito en la Policía. Las anteriores fue la Guardia Civil. Y todas ellas con la valiosa colaboración de las autoridades francesas. Sin embargo, a lo que si se puede atribuir el mérito en exclusiva es a una forma de combatir el terrorismo que Conde-Pumpido no práctica. Esa que no entiende que atajos, ni de tiempos políticos, sino de la relación delito-arresto-cárcel. Sin más. Pero no sólo el fiscal general. El ministro que ahora saca pecho es el mismo que mandó a su casa a De Juana Chaos por razones humanitarias. El superjuez que mañana se colgará la medalla es el mismo que en tiempos de vino y rosas blancas consideraba las reuniones ilegales de Batasuna como reuniones de paz. Quizá la muerte de Isaías Carrasco les ayudase a aprender la lección. No fue así en el caso de Estacio y Palate. Puede que una vez logrado el Gobierno vasco y con la que avecina la crisis económica no haya ganas de volver a camisas de once varas. Pero lo cierto es que la banda está en las últimas. Y esta vez va en serio. La cooperación internacional, las detenciones que no cesan, el desalojo de las instituciones, el hastió de sus presos... el acoso en todos los frentes le está provocando daños de los que no se recuperará jamás. ¿Acabar con el terrorismo? Eso es mucho más que las bombas y las pistolas. El terrorismo está presente en las miradas, en la pintada a la puerta de casa, en el escolta, en las partidas de cartas que no se interrumpen. El terrorismo durará siempre que persistan los complejos de inferioridad, el provincianismo fanático, las envidias y el odio al diferente. Condiciones casi inherentes al ser humano. Por ello será difícil acabar algún definitivamente con todo eso. Pero, desde luego, si hay un camino para lograrlo, ese no es el de Conde-Pumpido. Ni el de quien le río las gracias.

Fotografía de Alejandro Requeijo

Alejandro Requeijo

Licenciado en Periodismo

Escribo en LaSemana.es desde 2003

Redactor de El Español

Especialista en Seguridad y Terrorismo

He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio