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PUNTOS DE DEBATE

La obamamanía en la Cumbre

Fotografía

Por Elías SaidTiempo de lectura3 min
Opinión19-04-2009

Las líneas diplomáticas entre Estados Unidos y América Latina parecen cambiar al paso del encanto del presidente Barack Obama. Quizás fue este uno de los principales puntos de conclusión y éxito que tuvo la Cumbre de las Américas, realizada la semana pasada en Trinidad y Tobago. Al principio, parecía que todo iba a darse en un ambiente cargado de la tensión por el posible reingreso de Cuba a la Cumbre y el cese del embargo interpuesto por Estados Unidos a este país antillano, reivindicado por parte de Venezuela y el resto de los países pertenecientes a la Alternativa Bolivaniana para las Américas (ALBA), pero el encanto de Obama logró reducir el clima de conflicto generado por el presidente bananero de Venezuela. Sin duda, Obama rompió los cánones al interior de Estados Unidos de lo que debe ser un presidente y comienza a dar muestras de los cambios que parece desear con respecto a América Latina. Primero anunció el cierre de la cárcel de Guantánamo, a los pocos días de asumir su cargo, y antes de llevarse a cabo la cumbre quitó el veto a los viajes a Cuba desde Estados Unidos y desclasificó los documentos de la CIA que muestran como el antiguo gorila de la Casa Blanca (Bush) empleó la tortura a reos acusados de terrorismo. Ya en plena cumbre, se mostró conciliador ante sus homólogos latinoamericanos y hasta admitió, en una entrevista dada a CNN y en sus discursos en este evento, el carácter intervencionista de Estados Unidos desde el comienzo de la política Monroe en el siglo XIX para con esta región del continente, mientras hacía un llamado a mirar al futuro para construir un nuevo marco de relaciones. Muchos cambios de estilo para quienes habían ido a Trinidad y Tobago cargados de arsenales de acusaciones para continuar empleando la lucha contra el imperio como argumento de fondo para mantenerse en el poder y alimentar los egos de sus adeptos. Quienes fueron predispuestos, cambiaron sus intensiones por libros regalados, muestras de deseos de amistad y el uso de calificativos como ¨extraordinario¨ y ¨entusiasmados¨, ante el paso de Obama por esta cumbre de las Américas y la eterna búsqueda del equilibrio en la región. Analistas del entorno cercano al presidente bananero venezolano Hugo Chávez no han esperado a tildar la actitud de Obama de retórica y de poca acción. Tal vez sí sea retórico, ya que el diálogo ha sido su principal referente desde el comienzo de su lucha por el puesto de presidente, pero, sin duda, ha comenzado a dar pasos esperanzadores a favor de un marco más próspero de relaciones, sin dejar de lado el hecho de que Estados Unidos siempre seguirá siendo una potencia. Si bien no podemos ocultar el sol con un dedo para hacer referencia a la buena porción de culpa que tiene la actitud de Estados Unidos con toda América Latina, lo demostrado por Obama, además de adjudicarle un triunfo a nivel americano a su persona, nos da aires renovados para una región tolerante pero consciente de la falta de igualdad en el trato recibido de este país, lo cual ha sido empleado por una serie de líderes latinoamericanos para sacar rédito de esta actitud. Lo demostrado en dicha cumbre por el presidente del país del norte, comienza a romper poco a poco los argumentos consolidados en la era Bush y da espacio potencial al vaciado de la eterna lucha con el imperio que muchos pseudos dictadores latinoamericanos invocan a sus ciudadanos, pese a ser muchas veces éstos parte del escenario subimperialista que ha hecho que muchos países de la región se conviertan en mendigos con arcas llenas de dinero que son robadas por quienes dicen defender a la nación.

Fotografía de Elías Said