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ANÁLISIS DE LA SEMANA

La mejor amiga del hombre

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Sociedad20-01-2002

Lavadoras, microondas, televisores y demás aparatos invaden las residencias de los españoles. Los hogares están llenos de cachivaches que simbolizan en sus acabados metalizados el progreso y, con el “estar a la última” e hipotecarse hasta el infinito, el nivel de vida. ¿Nivel es igual a calidad? El mapa del nivel de vida en España es bueno, en general, según un estudio recientemente publicado por la Fundación La Caixa. Pero como no sólo de sol, flamenco y paella vive el hombre, hay desigualdades según las zonas, e incluso, el índice de pobreza es alarmante en algunos lugares. En conclusión, no todo españolito puede pedir un crédito. El trabajo asalariado de la mujer incrementa los ingresos por hogar, pero obliga también, por la falta de tiempo, a repartir las labores domésticas: en los últimos tiempos los hombres han trabajado siete minutos más y las mujeres han dejado de hacerlo en casi media hora. Para las feministas optimistas, en medio siglo la lavadora podría ser la mejor amiga del hombre. El reto es complicado. La televisión sigue ejerciendo su poder como elemento decorativo en los salones españoles y como objeto de culto cuando hay fútbol. Casi ha sido desbancada por el móvil, ése cacharrejo que puede quitar el carnet de conducir a más de uno y que obliga a colocar antenas por las anchas tierras de Castilla y del resto de la Península. Pobre toro de Osborne, un día de estos se las van a poner encima, como las banderillas. De decisiones poco reposadas está el mundo lleno, como lleno está de injusticias. En la Europa que se va a comer el mundo todavía hay gente que va a la cárcel sin haber delinquido y en el afán del progreso irracional se aprueba la manipulación de embriones -¡humanos!- para elaborar, a este paso, un precioso descubrimiento que haga juego con el televisor del salón. Ojalá que la mejor amiga del hombre -y de la mujer- sea la inteligencia que permita una mejor calidad de vida, que no un nivel.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo