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PUNTOS DE DEBATE

Los deseos del rey bananero

Fotografía

Por Elías SaidTiempo de lectura2 min
Opinión17-01-2009

Venezuela, más que un país, parece haberse convertido en los últimos 10 años en un territorio electoral. Como suele ser habitual, los deseos de Chávez, se han convertido en leyes y el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha decidido agilizar los procesos para complacer los deseos del “rey bananero”, en su intento más velado por hacerse con el poder total de este país rico en petróleo y recursos humanos. Apenas los venezolanos pudieron disponer de unas semanas de relativa calma política a finales de 2008, para comenzar el 2009 en medio de tumultos y energías renovadas de quienes ¨están dispuestos¨ a perder la vida por la revolución ¨bonita¨, como la llamó Chávez al comienzo de su estancia en el Palacio de Miraflores. Chávez no es tonto, ni mucho menos está loco. Él sabe lo que ha querido desde hace más de 20 años, cuando era un simple militar y conspiraba desde el mismo seno de la institución castrense venezolana: ser el amo y señor del país y formar a sus ciudadanos, a imagen y semejanza de un ideario cargado de mezcolanza de falso patriotismo y ¨sentido social¨; en el que da lo mismo ubicar a Bolívar al lado de Marcos Pérez Jiménez (último dictador de Venezuela), con Mao Zedong , Fidel Castro y cuantos personajes sea conveniente ubicar en la corte celestial del bolivarianismo, encabezado actualmente por el propio Chávez. El deseo de Chávez por garantizar su reelección, se ha caracterizado por la falta de certeza de sus acciones para la consecución de sus fines con la venia de unos representantes de las instituciones venezolanas, inquietos por complacer al “monarca” a toda costa. Aunque ello amerite violar los procedimientos, las leyes, la Constitución Nacional y hasta hacer uso de la historia y los sistemas políticos ajenos al venezolano (caso de las democracias parlamentarias europeas), para justificarlo. El nuevo escenario electoral en Venezuela sigue presentando el matiz de los anteriores. Promete ser definitorio en cuanto a la perdurabilidad del proyecto bolivariano de Chávez, y la necesaria viabilidad de la alternancia de poder en un país fundado desde la colonia, con una fuerte cultura personalista. La lucha entre Chávez y sus opositores vuelve a ser desigual: Los partidos de la oposición presentan mayor nivel de coherencia en sus mensajes, pero el movimiento estudiantil universitario es quien parece que se opondrá a los deseos de su “majestad bananera”. En menos de un mes, los venezolanos se verán envueltos en una nueva e intensa campaña electoral marcada por las desigualdades en poder y dinero, además del maniqueísmo propio de la política venezolana. Estos tienen ante sí la posibilidad de decidir una vez más su futuro, a través del voto, y deberán defenderlo democráticamente en un contexto de instituciones huecas y declaradas revolucionarias, donde el ser bolivariano da legitimidad para hacer lo que se desee.

Fotografía de Elías Said