Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

¿TÚ TAMBIÉN?

Los Reyes Magos

Fotografía

Por Álvaro AbellánTiempo de lectura2 min
Opinión04-01-2009

De los Reyes Magos siempre me han sorprendido tres cosas. Primero, que abandonaran sus lujosas e intelectuales rutinas para recorrer el mundo (con las incomodidades de la época) por la seguridad que tenían en haber interpretado las señales del cielo y las palabras sagradas de los Hebreos. Fueron, en definitiva, los primeros peregrinos. Segundo, que tienen regalos para todos, por más que los padres intenten vendernos que no nos traerán nada si no nos portamos bien. Tercero y último: que son los reyes más populares del mundo, hasta el punto de que las familias más republicanas les dejan entrar en sus casas a cualquier hora de la madrigada y sin llamar al timbre. Supongo que esto último es fruto de las dos cosas anteriores. La tradición nos dice que los restos de los tres Reyes Magos descansan en el relicario más hermoso de la Cristiandad -según varios expertos- que está a su vez en la catedral de Colonia (Alemania). La ciencia moderna no sabe decirnos si fueron tres, y mucho menos sabría decir si los restos que descansan en Colonia pertenecieron a los enigmáticos sabios de oriente de los que habla el Evangelio de Marcos. Lo que todos podemos constatar, por sentido común, es que el Espíritu de los Reyes sigue vivo, bajo las formas de Melchor, Gaspar y Baltasar, en muchas casas, ciudades y países del mundo. Y sigue vivo porque muchas personas se han dejado llenar de ese espíritu y se han hecho reyes, al menos, durante unos días al año. Mi propósito para este año será vivir constantemente esa sorpresa que me provocan sus majestades. Es decir: primero, peregrinar por este mundo, especialmente por sus incomodidades con la alegría de saber que es el Amor, y no el poder, la fuerza más eficaz en el mundo; segundo, regalar las mejores palabras y mis buenas acciones a todas las personas que me cruce en el camino, sin preocuparme de si se han portado bien o no; y tercero... bueno, prometo no colarme en ninguna casa. Pero sí luchar porque el ejemplo de estos reyes se cuele en todos los hogares, ciudades y países del mundo. Si nosotros -y nuestros gobernantes y “reyes”- tuviéramos por ejemplo a los tres sabios de Oriente, encontraríamos en nuestro pequeño mundo -y en el mundo entero- ese lugar donde la vida se ensancha.

Fotografía de Álvaro Abellán

$red

Doctor en Humanidades y CC. Sociales

Profesor en la UFV

DialogicalCreativity

Plumilla, fotero, coach