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ISRAEL

Livni, criada en el nido del ¬halcón¬

Por J. F. Lamata MolinaTiempo de lectura4 min
Internacional19-10-2008

Analizar a la carrera política de Tzipi Livni es echar un vistazo a la carrera de una mujer que se ha labrado una imagen de "dura" siempre en el nido del gran halcón, Ariel Sharon, y que ya es la segunda mujer que alcanza el cargo de primera ministra en Israel.

Livni fue teniente y miembro de los servicios secretos judíos, Mossad. Su entrada en política no se produjo hasta 2001 de la mano de Sharon en el partido Likud -formación que tradicionalmente es calificada por occidente como "ultra" y que había disputado a lo largo de 40 años el control de Israel frente al laborismo con escaso éxito, salvo con los paréntesis de Beguin-Shamir y Netanyahu-. Livni fue elegida diputada para más tarde desempeñar el cargo de ministra de Inmigración, posteriormente Exteriores y hasta viceprimera ministra. Parecía, pues, que Livni seguía en el Likud los mismos pasos que Golda Meir en el laborismo cuatro décadas más atrás. Una de los primeros gestos de Livni fue ser la primera dirigente del Likud en asistir a los homenajes al histórico dirigente laborista Isaac Rabin. Pero toda la imagen de "intransigente" de Livni y del propio Sharon quedó disuelta cuando ambos elaboraron el plan de paz con la retirada de Gaza, que indignó al ala dura del Likud. Ante el bloqueo Sharon, Olmert, Livni y otros pesos pesados rompieron con el Likud y fundaron su propio partido: Kadima. Partido que, electoralmente, fue duro para el laborismo (que perdió a destacados dirigentes como Simón Peres), pero demoledor para el Likud. Kadima exitosamente se hizo con el poder desequilibrando el tradicional bipartidismo e intercambiando una política de acercamiento con los palestinos con una firmeza de eliminación del "enemigo" que encabezó el ministro Shaul Mofaz, al acabar con los líderes de Hamas, Yassin o Rantisi, y por poco, con el propio Arafat. Todos los dirigentes de Kadima apoyaron aquellas medidas, "Hamas es considerado como un enemigo estratégico de Israel y debe, conforme a este título, ser destruido", dijo entonces la flamante ministra. Con Sharon vegetativo y Olmert manchado de corrupción, Livni sólo tuvo en frente a Mofaz para hacerse con el liderazgo del Kadima y, por tanto, con el Gobierno. Los fieles a Sharon no dudaron en recordar que mientras que Livni apoyó desde el principio su paso al Kadima, Mofaz se lo había pensado durante unos meses. Su victoria fue clara, aunque menos arrolladora de lo esperado. Entre Golda y Tzipi Golda Meir fue durante diez años ministra de exteriores -Tzipi Livni lo ha sido tres- hasta que en 1969 y casi por sorpresa, fue designada nueva líder del laborismo, en una apuesta del partido para evitar la ruptura interna. En el caso de Livni, su nombre se barajaba desde la caída de Sharon. Pese a su victoria electoral, Meir quiso gobernar en coalición con el Likud, por lo que tuvo a Menhagen Beguin como ministro en el primer gobierno encabezado por una mujer de todo Oriente Próximo y el tercer país en tener a una mujer al frente (el segundo fue India con Indira Ghandi y el primero, Sri Lanka con Bandaranike, tras maniobrar ella misma el asesinato de su marido). En el caso de Livni, ésta necesita coalición por la fuerza y, si ya es difícil coaligarse con el laborismo, un acuerdo con el Likud parece imposible y una coalición con los partidos ultrarreligiosos, como el Shas, entorpecería el plan de paz, además de que ahora en el Parlamento israelí hay partidos desde rusófilos hasta proárabes. Lo que más inquieta a los medios de Occidente es si Livni será moderada o no. En el caso de Golda Meir, provenía del laborismo, mientras que Livni proviene de la derecha. No obstante, Meir tenía claro que con los árabes ni agua -lo que en parte es lógico porque durante su mandato todo los países árabes estaban legalmente en guerra contra Israel-. En el caso de Tzipi Livni, ya ha demostrado que está dispuesta a negociar alguna concesión, pero también ha dado gestos de carácter duro ante los atentados, por lo que a nadie le sorprendería que no le temblara el pulso como tampoco le ocurrió a Meir para ordenar el aniquilamiento contra los responsables del atentado de Múnich. Las mayores críticas a Golda Meir fueron por sus errores durante la guerra de Yom Kipur en la que Israel estuvo apunto de perecer. En el caso de Tzipi Livni, tiene un ambiente más favorable, los vecinos árabes ya no están en guerra y la Intifada anda algo más relajada gracias a los enfrentamientos internos entre los palestinos... su mandato puede ser clave para intentar apagar el fuego en el Oriente Próximo o reavivarlo.

Fotografía de J. F. Lamata Molina