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ANÁLISIS DE ECONOMÍA

Frío sin dinero

Fotografía

Por Gema DiegoTiempo de lectura1 min
Economía31-08-2008

Ha llegado la cuesta de septiembre. Comprar los libros de texto para un niño que ni siquiera ha comenzado la Educación Primaria ronda un coste de 150 euros. A eso se suma la ropa nueva, las reparaciones que hay que hacer en casa y que se desvelan cuando acaban los últimos rayos de sol del verano, quizás el coste de una escapada vacacional tardía… Y el frío. Es posible que con el frío se aprecien más los estragos de la crisis. Ha habido que apretarse el cinturón al planear las vacaciones -más bocadillos y menos comidas en restaurante; más campings y menos hoteles; menos días fuera de casa-, pero qué importaba si lucía el sol. Ahora no es así. Vuelve a llover, o soplan los primeros vientos con toque gélido. Se descubren los agujeros en los bolsillos, los déficits que antes eran dinero de sobra. Y se recurre a la esperanza de que lleguen tiempos mejores, de que se abarate el pan, o que el indicador de la gasolina sea por fin benévolo una mañana. Ahora que el frío reina para todos, ni ser un gran banco asegura escapar de la espiral bajista, por más que tan sólo se sufran rasguños. Algunos deberán pedir ayuda porque los recursos propios no les bastarán para seguir adelante. Los más agoreros se inclinan por un agudizamiento de la crisis en otoño. Llega el momento de la prueba de fuego para los bancos centrales, los organismos internacionales y, sobre todo, los gobiernos.

Fotografía de Gema Diego