ANÁLISIS DE SOCIEDAD
Estrés posvacacional
Por Almudena Hernández
2 min
Sociedad31-08-2008
Dicen algunos expertos que hay que ir acostumbrando a los niños, poco a poco, a la vuelta al cole. Dicen que tantas vacaciones seguidas son malas y que un poco de rutina, exigencia y orden no viene mal. Le dijo la sartén al cazo. No sólo los más pequeños de la casa sufren los daños colaterales de la llegada del mes de septiembre. También tiene vértigo a volver al tajo algún que otro inquilino de un apartamento en Benidorm, que se atiborró de cervecita y espaguetis -para ahorrar, claro, que estamos en crisis-. El inquilino en cuestión ha oído en la tele que lo suyo puede ser estrés posvacacional y así se lo autodiagnostica, después de haberse alojado en uno de esos edificios que en agosto triplica la densidad de población del metro japonés en hora punta. ¿Eso es veranear? Claro, así pasa lo que pasa. Tanto en Benidorm como en el Caribe las personas que comparten maleta y habitación, por razones obvias, se ven obligados a hablar. Es normal. Pero también lo es lo que ocurre en esos gran hermano estivales. Convivir con la familia -esos extraños para tantos y tantos que aparecen en las fotos del salón- es una prueba de psicología fina, propia de aspirantes a diplomáticos de resolución de grandes conflictos internacionales. Al igual que los niños, los adultos no están acostumbrados a la disciplina y ven tan normal chillar a la suegra en pleno paseo marítimo como apagar la colilla en la arena de la playa. Por eso, para llegar con la salud mental en plenitud al próximo verano, bien estaría añadir alguna propuesta más a esa lista de buenos propósitos que elaboramos cada mes de septiembre: concernos un poco más e interesarnos por conocer a esos extraños que conviven con nosotros. No vaya a ser que, por circunstancias de la vida, no se aprovechen las oportunidades de construir nuestra propia felicidad. Ustedes, queridos lectores, se imaginarán las circunstancias. Un curso más, bienvenidos a LaSemana.es.
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Almudena Hernández
Doctora en Periodismo
Diez años en información social
Las personas, por encima de todo