¿TÚ TAMBIÉN?
“El lenguaje de verdad”
Por Álvaro Abellán3 min
Opinión20-04-2008
“Está el lenguaje oficial y técnico, el de ‘esto es una copa’ o ‘tráeme esto’. Y luego está el lenguaje verdadero, el literario, el de la oración, el del amor”. Así sintetizó José Jiménez Lozano, premio Cervantes 2002, la distinción entre las obras bien escritas y las mal escritas. Curioso en un gran literato, sobre todo porque respondió con esas palabras a una universitaria que se quejaba de cuánto se venden buenas historias mal escritas y de cuántos libros sintácticamente perfectos que nadie leía. Así, aunque el mismo autor se lamenta de lo mal escrito de muchos libros, puso el acento en lo más importante: ni los temas, ni las historias, ni las reglas gramaticales, sino la hondura de las palabras y la intencionalidad de quien las pronuncia. El pensador dialógico Martin Buber centró en esta cuestión toda su vida y su pensamiento, hasta el punto de que concluyó que los hombres nos instalamos en el mundo según pronunciamos una de las dos únicas palabras básicas: la palabra “Yo-Tú” y la palabra básica “Yo-Ello”. Pronunciamos en silencio la palabra “Yo-Tú” cuando habitamos el mundo y nuestras relaciones con los demás desde la escucha sincera, la búsqueda del encuentro, la colaboración y el respeto; es decir, cuando nos mueve el amor y buscamos vivir con hondura nuestra vida. Pronunciamos en silencio la palabra “Yo-Ello” cuando nos instalamos en el mundo y nos relacionamos con los demás buscando nuestro interés, evitando el compromiso y sin valorar la realidad por lo que es, sino por aquello para lo que nos sirve; es decir, cuando nos mueve el egoísmo y vivimos superficial y materialmente nuestra vida. La palabra “Yo-Tú” funda el lenguaje verdadero y sitúa al hombre en su mejor versión de sí mismo. La palabra “Yo-Ello” es oficial y técnica y despersonaliza al hombre, convirtiéndole mero animal de supervivencia y consumo del bienestar. Jiménez Lozano regaló muchos más “titulares” en su informal coloquio con universitarios de todas partes de España llegados a la Escuela de Liderazgo Francisco de Vitoria (Los Ángeles de San Rafael, 19-04-08). Por ejemplo: “Hacer una cama moviliza más neuronas que formular una teoría matemática”. Afirmación que en este contexto resulta especialmente provocadora: el cerebro de quien se ocupa de crear hogar es más activo y vital que el de quien se ocupa en abstracciones mentales o en diseñar maquinaria. También: “Una cosa es vender; otra, llegar al alma”, en referencia, de nuevo, a la falsa y auténtica literatura. No evitó la oportunidad de referirse al padre espiritual de los medios electrónicos y del futuro digital: “McLuhan puso una librería y no le ha ido mal a sus nietos y herederos”. En beneficio de las limitaciones materiales, sostuvo que “todo el mundo debería vivir al menos 10 años de censura”, pues la carestía agudiza el ingenio y la creatividad y nos obliga a situarnos frente a lo importante. Confesó inspirarse en los clásicos griegos y en la Biblia y cuando alguien le preguntó qué libros convenía leer, después de demostrar conocimiento y respeto por muchos de sus contemporáneos, respondió: “Los que llevan escritos 2000 años y todavía se publican, suelen ser buenos”. Más o menos acertado o exagerado, más o menos brillante o provocador, no faltó a su propuesta y habló como habla su obra: con sinceridad y respeto, con humor y compromiso, sin metáforas ni caretas, con piedad y con ese lenguaje que no es oficial ni técnico, sino literario, de oración, de amor, el lenguaje verdadero de quienes habitan ese lugar donde la vida se ensancha.