SIN CONCESIONES
Un rey sin complejos
Por Pablo A. Iglesias
3 min
Opinión10-11-2007
Nunca antes el Rey de España había tenido tanto protagonismo. La política nacional e internacional del Gobierno de Zapatero le ha colocado en el primer plano. Primero, cuando las juventudes de Esquerra Republicana comenzaron a quemar fotografías del monarca. Segundo, cuando los socios parlamentarios del PSOE pidieron que renuncia al frente de las Fuerzas Armadas. Tercero, con su viaje a las ciudades de Ceuta y Melilla. Cuarto, al recriminar públicamente a Hugo Chávez su falta de respeto hacia José María Aznar y los millones de españoles que por dos veces le eligieron como presidente. Con estos detalles, caben interpretaciones para todos los gustos. Sin descartar la de un buen amigo mío, que en la visita a las dos ciudades españolas en el norte de África ve un síntoma de que el Rey está dando sus últimos pasos importantes antes de abdicar en favor de su hijo Felipe. El protagonismo de don Juan Carlos ha dejado varias veces a Zapatero en un segundo plano. Así ha ocurrido con su reproche a Hugo Chávez durante la Cumbre Iberoamericana. El Rey arrebató al presidente del Gobierno los elogios que merecía. Zapatero trataba de responder con talante y argumentos a los insultos del dirigente de Venezuela. Hacía lo correcto, lo más acertado. El Rey, en cambio, optó por lo más fácil y lo más chabacano. El "¿por qué no te callas?" del monarca rompe por completo la imagen de sabio, prudente y ponderado que tiene el Rey en toda Iberoamérica. Sin embargo, encaja con el sentir de millones de españoles que nunca han comprendido los escarceos de Zapatero con un dirigente que fue elegido democráticamente en las urnas pero que después se ha perpetuado en el poder con decisiones y gestos dictatoriales. Muy dolido tenía que estar el Rey para saltarse de buenas a primeras todos los protocolos y arremeter de semejante modo contra Hugo Chávez. Habría que saber si su malestar contra el presidente venezolano es por los ataques a las empresas españolas, su falta de educación, los insultos a Aznar o todo un poco. Quién sabe. En los mentideros suele decirse que el Rey nunca congenió con el anterior presidente, pero a la luz de los nuevos acontecimientos cabría imaginar lo contrario. Lo que realmente sorprende es que Zapatero también salga en defensa de su antecesor. Esto sí que es insólito, tanto o más que el comentario brabucón del Borbón. Es la primera vez que el líder del PSOE protege a Aznar pese a no tener motivo. Cuando Chávez llama fascista a Aznar acierta si con ello critica su autoritarismo. Por eso no se entiende, salvo en clave electoral, que Zapatero le defienda en otro ejercicio de buenismo y talante. Hay que preguntarse por qué no lo hizo cuando los manifestantes contra la guerra de Iraq le acusaban de asesino, pese a que los soldados españoles no participaron en el conflicto y no dispararon ni un solo tiro. Por qué no defendió Zapatero a Aznar cuando otros extranejeros como Jacques Chirac y Gerhard Schröder se reían de él. Sus anteriores comportamientos echan abajo su coartada. Entonces, Zapatero aprovechaba aquel desgaste para su contrincante. Ahora que el adversario es otro, se permite ensalzarlo casi de la misma manera que en el PP elogian a Felipe González. Dos hipocresías juntas, a cual más grande. De ahí que el Rey resulta espontáneo y creíble mientras que los argumentos de Zapatero suenan a simple palabrería. Por cierto, que a Chávez y todos los republicanos que cuestionan la legitimidad del Rey hay que recordarles que don Juan Carlos fue elegido democráticamente en las urnas cuando los españoles aprobamos la Constitución en 1978 con casi el 90 por ciento de los votos. Ahí es nada.
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Pablo A. Iglesias
Fundador de LaSemana.es
Doctor en Periodismo
Director de Información y Contenidos en Servimedia
Profesor de Redacción Periodística de la UFV
Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito