Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

TURQUÍA

El Ejército turco y la guerrilla kurda se enfrentan en el norte de Iraq

Fotografía

Por Miguel MartorellTiempo de lectura3 min
Internacional28-10-2007

Las Fuerzas Armadas turcas y la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) han iniciado las hostilidades al norte de uno de los países más inestables de la región, Iraq. Ni el aparato diplomático de Estados Unidos, ni la mediación del presidente iraquí, el kurdo Jalal Talabani, han evitado los enfrentamientos en el Kurdistán iraquí -al norte de Iraq- donde el Ejército de la República de Turquía ha bombardeado posiciones de los militantes.

El Ejército de Turquía (TSK, por sus siglas en turco) y los guerrilleros del PKK mantuvieron, la semana pasada, intensos combates en la frontera turco-iraquí. Con la escalada de las hostilidades, Washington se puso en marcha para evitar un nuevo factor de desestabilización en un Iraq estancado por la incertidumbre. La Casa Blanca presionó al representante kurdo de más alto nivel, el presidente iraquí, Jalal Talabani. Mientras en Ankara el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, se reunía con el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Yasar Buyukanit, el PKK -un partido ilegalizado en Turquía-, gracias a la mediación de Talabani, decretaba un alto el fuego siempre que el Ejército cesara los ataques sobre sus bases en Iraq. "Estamos dispuestos al diálogo y a formar parte de un proceso político, si Turquía nos da la oportunidad. Apelamos a una solución pacífica (...) y pedimos a Turquía que respete el derecho del pueblo kurdo", rezaba el comunicado. Sin embargo, Turquía -igual que Iraq, Siria o Irán- no está dispuesta a ceder un ápice en las aspiraciones nacionales kurdas. El ministro de Exteriores turco, Ali Babakan, era el encargado de responder a la tregua del PKK tras intensas negociaciones con Bagdad que transcurrieron bajo el paraguas diplomático estadounidense: "Un alto el fuego puede decretarse entre dos estados o ejércitos. Nosotros nos estamos enfrentando a una organización terrorista. El PKK no puede decretar un alto el fuego". Del mismo modo, el primer ministro iraquí, el chií Nuri al Maliki, anunció una política de mano dura contra la guerrilla kurda. "El PKK es una organización terrorista y hemos tomado la decisión de cerrar sus sedes y no permitirles operar en suelo iraquí", advirtió Al Maliki, que también mostró su disposición a colaborar con Turquía “para limitar las actividades terroristas, que amenazan a Iraq y Turquía”. Mientras los esfuerzos diplomáticos se centraban en tratar de evitar un nuevo conflicto armado en la región, el Gobierno turco, con el beneplácito del Parlamento, continuó con el despliegue de más de 100.000 soldados y artillería en su frontera con Iraq y aviones del TSK aterrizaban en las bases militares de la zona, entre las provincias de Sirnak y Hakkari. El miércoles pasado, la aviación turca invadía más de 50 kilómetros de suelo iraquí y bombardeaba las posiciones -"nidos terroristas" para Turquía-, de la guerrilla del PKK. Algunos medios turcos informaron de que hasta 8.000 soldados penetraron en Iraq para tomar las bases kurdas y Ankara informó de la muerte de 30 militantes del PKK. A finales de semana, el presidente de Turquía, Abdulah Gül, aseguró que su país respetará "la integridad territorial de Iraq" para espantar todo fantasma de ocupación. Sin embargo, también advirtió de que "la paciencia de Turquía se ha agotado" y que Ankara está decidida "a tomar todas las medidas necesarias para frenar estas amenazas". Nuevos bombardeos de la aviación de las Fuerzas Armadas turcas sobre objetivos en el Kurdistán iraquí, que tras la guerra de Iraq ha conseguido gran autonomía, avalaban sus palabras. En todo caso, de momento no se ha producido una invasión a gran escala del territorio iraquí, un hecho que Bagdad, Washington y la Comunidad Internacional, quieren evitar a toda costa.

Fotografía de Miguel Martorell