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EL REDCUADRO

You Tube, árbol del ahorcado

Fotografía

Por Antonio BurgosTiempo de lectura4 min
Opinión22-10-2007

No me extrañaría que dentro de unas horas quede desmentida la versión oficial de la «rapsodia euskera», a lo Gabriel Celaya, representada por Ibarreche y Zapatero en la Moncloa. Si estos teatros habituales de ZP se montasen con un poquito de cante, Enrique Morente mismo, con el baile de Cristina Hoyos, que es de la cuerda, y los palmeros habituales de las terminales mediáticas de la casa, serían merecedores de la Medalla de las Bellas Artes. Bien aderezada, como lo hacen, la mentira puede llegar a ser una de las Bellas Artes. Tan brillante versión de lo que ya haya pactado ZP hace mucho tiempo por debajo de la mesa con Ibarreche para el supuesto de que España sea de nuevo castigada por el cielo con una nueva presidencia suya, puede quedar desmentida en breve. No porque el altavoz del frente de los etarras publique documentos comprometedores, sino porque es más que probable que sea colgado en Internet el ya tradicional vídeo de You Tube en el que aparezca enterita la entrevista entre el presidente del Gobierno de España (y no de Merimée) y el gachó del referéndum separatista. De menos hizo Dios la acalorada charla De la Vega-Casas en la tribuna del desfile del Día de España, mientras pasaba Fonsi, el carnero de la Legión, y ahí la tienen: en You Tube para lo que gusten mandar. Como estaba colgada en You Tube la burla al pobre disminuido psíquico. Colgada... Me inquieta hasta el verbo que se utiliza para la difusión de un documento a través de Internet: colgar. El Internet ( o «la» Internet, como la feminizan en Hispanoamérica) como árbol del ahorcado para la venganza de la justicia por la mano de los lugareños del «saloon» del Oeste, con sus largas gabardinas que les arrastran por el polvo del arroyo de la calle, al que sacan al acusado de quién sabe qué culpa y, en volandas, lo llevan hasta la soga del ajusticiamiento, en un tronco siempre seco que hay a la salida del pueblo, donde al poco sus botas hacen trágico péndulo, mientras todos regresan a la taberna con la misión cumplida, a seguir poniéndose ciegos del güisqui que patina en su botella a lo largo del manchado mostrador. Nuevas tecnologías y sociedad de la información suelen llamar ahora a esta figura. No sé por qué después los vecinos de un barrio se quejan porque a la puerta del cuartelillo de los municipales han instalado unas cámaras de seguridad. No sé por qué las asociaciones de consumidores protestan contra las cámaras que graban nuestros movimientos en las tiendas, para evitar la tentación de meternos en el bolsillo cualquier tontería sin tener antes la delicadeza de pasar por caja. Fruslerías son, al lado de la amenaza universal y constante del You Tube. En esos sitios sabemos que hay cámaras de seguridad, con sus garantías policiales, que cumplen las generales de la ley de protección de datos y de personas. Esas cámaras no deben preocupar a nadie por los riesgos de su intimidad. Las peligrosas son las que andan buscando You Tubes donde colgar las travesuras y trastadas del pequeño vídeo que ya hace cualquiera con un simple teléfono móvil. Precaución, amigo conductor, digo con Perlita de Huelva, porque usted mañana puede ser colgado en el árbol del ahorcado de You Tube sin la menor conmiseración ni derecho a defensa, y el veredicto del jurado popular de cien mil visitas a ese sitio de Internet puede ser mortal para su fama, su honra, su prestigio. No digo ya que le cojan con Mari Loli entrando en un hotel y llamen a su legítima para que busque en You Tube un vídeo que se llama «Plan del jefe con la secre». No llego a situaciones extremas, que se habrán dado. A usted y a mí, ahora mismo, nos pueden sacar en el You Tube en las situaciones más ridículas, aunque inocentes. ¿Qué digo yo? Con la portañuela del pantalón abierta en un solemne acto; metiéndonos el dedo en la nariz en busca de cazcarrias, al volante, mientras esperamos que el semáforo se ponga en verde... O incluso, como a Su Majestad, pegando la lógica y más que juustificable cabezadita en la presidencia de un soporífero acto cultural, donde un tío pesado y pedante está metiendo el rollazo del siglo. ¿Que lo de S.M. es en las televisiones? Da lo mismo. No Passsa Nada. Hay televisiones que son ya igual que el You Tube y You Tubes iguales que ciertas televisiones.

Fotografía de Antonio Burgos

Antonio Burgos

Columnista del diario ABC

Andaluz, sevillano y del Betis

** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor