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ANÁLISIS DE ESPAÑA

Las crisis de verano

Fotografía

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura4 min
España02-09-2007

Estadística pura. Resulta que, en España, uno de cada tres divorcios se produce tras los meses de verano. Al parecer, es precisamente en estas fechas cuando la mayoría de matrimonios se dan cuenta de que eso de la vida en pareja no va con ellos. Muchas horas juntos, demasiado tiempo para pensar o para descubrir defectos en la otra persona que la rutina diaria tiende a disimular. “No es lo mismo disfrutar de los fines de semana durante el año que vivir 24 horas al día juntos en verano”, dice el estudio en cuestión. Se podría decir que algo parecido les ha sucedido a los principales partidos españoles durante las últimas semanas. Lo cierto es que a uno le cuesta imaginarse a nuestros políticos compartiendo horas y sombrilla durante las vacaciones aun siendo del mismo partido. Ya sólo en preferencias vacacionales cada uno va a su aire independientemente de las siglas. Y gracias. Sólo faltaría ya que el destino elegido para disfrutar del descanso estival fuese también motivo enfrentamiento. No obstante, la clave del asunto reside en la siguiente observación: “No es que el problema surja en verano, sino que es en estos meses cuando salen a la luz las diferencias porque disponemos de más tiempo para recapacitar”. Es precisamente ahí cuando se evidencia que dentro de sus respectivos partidos tampoco se soportan los unos a los otros Durante el verano los políticos tienden a relajarse, están menos encorsetados, menos condicionados por el enfrentamiento rutinario y tienden a saltarse el guión dejándose llevar por lo que realmente sienten y padecen. Quizá las mejores entrevistas se hagan en verano ya que la ausencia de información hace que muchos saquen lo que de verdad llevan dentro. Aunque eso pueda darle la siesta a más de uno. El caso más evidente se ha demostrado una vez más en el PP. A buen seguro que Gallardón le hizo más cuesta arriba alguna etapa del Tour a su presidente a la hora de hacer públicas sus ilusiones. Pero lo grave no es tanto lo que dijo el alcalde madrileño sino la rapidez y mala leche que desplegaron los demás a la hora de censurar la actitud de su compañero. Dan una impresión de nerviosismo que parece como si realmente tuvieran algo que esconder. Mal rumbo lleva Rajoy si después de cuatro años tiene que salir a reivindicar su liderazgo cada vez que uno de los suyos abre la boca para decir algo distinto del discurso oficial. Y da igual que sea Gallardón, Fraga, Miguel Sanz, Aguirre, Piqué o Aznar. Tampoco andan las cosas muy boyantes en la acerca de enfrente. En el PSOE, además del intento fallido de rebelión montillista en Navarra, han tenido que hacer frente al definitivo episodio de la crónica de un abandono anunciado protagonizado por Rosa Díez. La que fuera candidata a secretaria general del partido hace sólo siete años ha puesto fin a más de tres décadas de activa militancia socialista después de darle vueltas al asunto este verano. Y lo hace para marcharse a otro partido impulsado por reconocidos socialistas. Aunque el proyecto ofrece dudas acerca de que a quien va perjudicar más electoralmente, serán finalmente las urnas las que determinen si estamos ante algún tipo de escisión en la izquierda. Y mientras tanto, ¿Bono qué opina de todo esto?. Quien sabe si estaremos también ante los últimos días de Josu Jon Imaz al frente del PNV. Quizá por ello Ibarretxe y Egibar ya lo celebran lanzando consultas populares al aire como el que lanza fuegos artificiales. Hasta los civilizados dirigentes de CiU están al borde del divorcio político después de años de matrimonio de conveniencia. Y es que ya se sabe que eso de perder elecciones encrespa hasta al más reflexivo. En fin, seguramente este sea el precio que tengan que pagar unos y otros por un verano sin la afluencia masiva de pateras, un verano en el que, con permiso de Canarias y ahora Castellón, tampoco se ha repetido la ola de incendios de años anteriores Tampoco ha habido que lamentar ninguna tragedia en Afganistán y el esperado regreso de ETA ha llegado tarde y sin fuerza. En definitiva, un verano para descansar como Dios manda aunque viendo lo visto más de uno debe estar deseando que empiece de nuevo la gresca rutinaria. Aunque sólo sea por disimular defectos. Lo dicho, estadística pura.

Fotografía de Alejandro Requeijo

Alejandro Requeijo

Licenciado en Periodismo

Escribo en LaSemana.es desde 2003

Redactor de El Español

Especialista en Seguridad y Terrorismo

He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio