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ANÁLISIS DE DEPORTES

Un ‘manual’ de cómo planificar tarde, mal y caro

Fotografía

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura4 min
Deportes02-09-2007

Si era difícil empeorar el desaguisado con que acabó la temporada anterior, Calderón y Mijatovic lo han conseguido. La pretemporada del Real Madrid, con resultados vergonzosos, y el ritmo de los fichajes demuestran que la planificación deportiva ha sido improvisación. Los hechos son tozudos: cuando el equipo de Fabio Capello empezaba a estar consolidado, se ha acometido otra renovación que ha dejado una plantilla descompensada. Porque el Madrid ficha nombres, no jugadores que cubren sus necesidades y rinden conforme a su valor, o aún más. Pero sobre todo, porque los fichajes se hacen antes de empezar la pretemporada, no en vísperas de empezar la competición oficial, sin tiempo de que los jugadores se conozcan y aprendan un sistema: el resultado es el caos que ha tenido Bernd Schuster. La sensatez con que se hicieron los primeros fichajes, que además no costaron un euro –a cambio, eso sí, una nómina más abultada– fue un engaño. El brasileño Kléper Laveran, Pepe, y sus famosos 30 millones de euros eran la pista. A nada que las derrotas empezaron a llegar, Calderón y Mijatovic se apresuraron a romper la hucha. Para traer a los holandeses Royston Drenthe y Wesley Snijder, además de 37 millones, pecaron de ser agresivos y chulescos para negociar con Feyenoord y Ajax de Ámsterdam, y así no se tiene una imagen de señorío que, además, dificulta la labor con vistas a futuros fichajes. Pero como un jugador no se acopla en menos de una semana, casi sin entrenarse –como es obvio–, los resultados siguieron sin llegar. El desenlace de la Supercopa española fue el esperado, salvo para se creyó las cuentas y cuentos de la lechera. Por eso, hete aquí, se hubo de fichar a Arjen Robben y a Gabriel Heinze por unos módicos 48 millones. ¿Valen lo que cuestan? Lo dudo. Así que, en total, 20.000 millones de pesetas de nada en fichajes pagados por encima del precio de mercado. Si Robben valía 36 millones en julio, ¿de qué ha servido esperar tanto para comprarlo por el mismo valor? A ver quién es el guapo que cuadra el balance a final de temporada. Las matemáticas son tozudas: lo conseguido por Cicinho y Emerson da Rosa, mucho menos de lo que costaron, revelan los despropósitos y las falsas urgencias de Calderón y Mijatovic. Y el Milán, entre tanto, feliz de la vida: ficha lo que necesita a precio de saldo y no acepta paquetes: Julio Baptista puede aportar en el Real Madrid, pero no se le deja y en lugar de mimarlo para mantener su valor, se airea que se lo quiere vender para que cualquiera compre más barato. Y encima, para pagar aún más dinero por otro jugador, Daniel Alves, que no aporta nada nuevo. Malo será que al Real Madrid no le cueste arrancar y que acabe fracasando en la Copa del Rey y la Liga de Campeones, como la temporada anterior. Las ansias imbéciles de Calderón y Mijatovic por conseguir esa “excelencia” en el juego, por exhibirse e intervenir aquí y allá, para dejarse ver, en lugar de dejar trabajar a quienes saben –y no seguir la corriente de la prensa deportiva–, van a ser un elemento perjudicial y destructivo. Yo voy apostando a que esta campaña, con un Barcelona que sí ha hecho los deberes, el Madrid no va a levantar ningún título. ¡Qué diferente en la sección de baloncesto! A pesar de la baja de un técnico ayudante, Jenaro Díaz, se mantiene la estructura técnica y la plantilla no tiene más que un par de buenos retoques griegos –sobre todo, el pívot Lazaros Papadopoulos–. No hace falta más para mantener un equipo competitivo y disputar la Euroliga. El trabajo de Melchor Miralles en la directiva está siendo sensato y loable, ya podría cundir el ejemplo. P.S. El Sevilla es el ejemplo de todo lo contrario: gestión eficaz, un presidente capaz de atar los machos al Chelsea y desesperar a Alves, que se relamía con un sueldo mucho mayor… Pero mira por dónde, le ha caído la desgracia de perder a Antonio Puerta. Es una pena, pero todos debemos mirar adelante: otros muchos jóvenes mueren, por ejemplo en las carreteras, sin la publicidad que él ha tenido. A la familia y a los amigos, vaya el pésame. Lo mejor que podemos hacer por su memoria enfrentar los retos que nos presenta la vida con más ánimo y una sonrisa, la misma que el chaval tendría. La muerte, como demuestran la fe y la esperanza, no son el final del camino.

Fotografía de Roberto J. Madrigal