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SIN CONCESIONES

Un respiro para Zapatero

Fotografía

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura4 min
Opinión08-07-2007

Dos buenas noticias en una misma semana. Hacía mucho tiempo que Zapatero no se llevaba una alegría y, mucho menos, que acumulaba varias de ellas en pocos días. Desde el atentado de ETA en el aeropuerto de Barajas el pasado 30 de diciembre, el presidente del Gobierno había acumulado un disgusto tras otro. Al fracaso de la negociación con los terroristas hay que añadir la derrota de las elecciones del 27-M, los asesinatos de soldados españoles en Líbano y Afganistán, la victoria de Nicolas Sarkozy en las presidenciales francesas e incluso el triunfo del Real Madrid en la liga de fútbol. Sin embargo, Zapatero vuelve a respirar tranquilo. El líder del PSOE superó al popular Mariano Rajoy en el Debate sobre el estado de la Nación. El exceso cometido con su balance idílico de la situación de España quedó compensado con el empecinamiento de Rajoy en hablar de ETA. El jefe de la oposición está tan obcecado con pedir las actas del diálogo entre el Gobierno y los terroristas que parece no darse cuenta de que los españoles tienen otros muchos problemas. Rajoy incurrió durante el Debate de la Nación en el error más común de Zapatero. En estos tres años, al presidente del Gobierno no le han importado la subida de los precios, ni el incremento de las hipotecas ni el auge de la inseguridad ni los problemas derivados de la reforma de los estatutos de autonomía ni la inmigración ni el coste de la vivienda. Zapatero se ha centrado única y exclusivamente en lograr el Premio Nobel de la Paz a través de una infructuosa negociación con ETA que ha dejado al descubierto sus mentiras, deficiencias morales, incoherencias, falta de principios, inseguridades y desprecio a la ley. Lo verdaderamente insensato es que Rajoy tropeciera en la misma piedra durante su careo con Zapatero. Sin duda, eso le costó un debate que hubiera ganado por el peso de los argumentos a poco que hubiera repasado las numerosas barbaridades e incongruencias del Gobierno en esta legislatura. El PSOE salió triunfante del Congreso, no tanto por el resultado como por lo inesperada de la victoria. Zapatero obtuvo así un respiro que sabe a ráfaga de aire fresco con la renovación de cuatro ministros. Llega sabia nueva al Ejecutivo, lo que a ocho meses de las elecciones significa un lavado de imagen tan necesario como tardío. A todo esto hay que sumar el gran anuncio de Zapatero: el pago de 2.500 euros a los padres que tengan un hijo. Se trata de una bomba informativa que intenta hacer olvidar los errores cometidos hasta la fecha. Zapatero parece haber recuperado el timón del Gobierno en apenas unos días pero habrá que ver si es capaz de mantenerlo firme y recto hasta las elecciones generales. Una cosa es la imagen ofrecida por estos maestros de las formas y otra muy distinta es el fondo de lo realmente hecho por nuestro presidente. El Debate de la Nación puso de manifiesto que Zapatero no piensa rectificar ni una sola de sus decisiones, ya que está plenamente orgulloso de ellas por malas y numerosas que hayan sido las consecuencias. El baile de ministros denota lo desleal que puede llegar a ser Zapatero, capaz de echar del Ejecutivo a Juan Fernando López Aguilar y Jordi Sevilla, dos de sus mejores arietes en la oposición. El nombramiento de Carme Chacón como ministra de Vivienda confirma que el problema de los precios no va a solucionarse, pero sí va a tratar de camuflarlo con las excelentes dotes propagandísticas de esta mujer. La designación de Bernat Soria como ministro de Sanidad ratifica las ideas radicales de este Gobierno, que a partir de ahora acelerará hacia la legalización de la eutanasia y la manipulación de embriones humanos. La única medida positiva parece ser el cheque de 2.500 euros por el nacimiento de un hijo. En cambio, saca a relucir las mayores carencias de Zapatero. Él mismo anunció este regalo, que los padres cobrarán en vísperas de las elecciones, pero no fue capaz de explicar cuándo y cómo se pagaría. No lo hizo porque no lo sabía. De hecho, los ministros Pedro Solbes y Jesús Caldera están enfrentados por delimitar las condiciones de esta ayuda. Fue otra improvisación más a la desesperada con tal de ganar la batalla del Debate de la Nación. Logró ese objetivo pero todavía está muy lejos de ganar la guerra que verdaderamente son las elecciones generales. Zapatero respira tranquilo durante unos días pero sabe que los fuegos artificiales y las campañas de publicidad caducan enseguida. En tres años ha hastiado a tantos colectivos que va a necesitar muchas subvenciones de 2.500 euros para contentarlos a todos. La balanza de esta legislatura está muy en su contra como para inclinarla a su favor con unas cuentas monedas de oro. Además, Zapatero debería saber que las ideas y las conciencias no se cambian con dinero.

Fotografía de Pablo A. Iglesias

Pablo A. Iglesias

Fundador de LaSemana.es

Doctor en Periodismo

Director de Información y Contenidos en Servimedia

Profesor de Redacción Periodística de la UFV

Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito