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ANÁLISIS DE ESPAÑA

Democracia, paso a paso

Fotografía

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura3 min
España17-06-2007

Democracia, es "la doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno. El predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado" (RAE). A partir de aquí deambulan definiciones y aplicaciones de este sistema más o menos concretas y, por lo tanto, más o menos susceptibles de ser interpretadas a gusto del consumidor. Explicaciones que difieren entre participaciones directas, indirectas o participativas. Que desarrollan o no el principio de igualdad de todos los ciudadanos ante la ley o que establecen aquello de las relaciones sociales de acuerdo a mecanismos contractuales. En definitiva, diversos complementos para revestir una idea que, como todas, a lo largo de su historia ha experimentado diversas remodelaciones. Todo comenzó con los griegos. Frente a la monarquía -gobierno de uno-, o frente a la aristocracia -gobierno de pocos- , reivindicaron la democracia como el gobierno de todos. No obstante, los mismos griegos eran los que impedían votar a los esclavos que, por aquellas fechas, todavía eran una amplia mayoría de la población. Sin ánimo de quitarles méritos a los padres de la civilización occidental por todo lo que a esta aportaron y hoy tanto nos empeñamos en olvidar, es también justo recordar que su idea de democracia necesitaba un repaso. Ahí tenemos a los franceses varios siglos después con su revolución ilustrada. Igualdad, legalidad y fraternidad frente a la tiranía de las monarquías absolutistas. Al final, dejó de mandar una sola familia que no pensaba más que en el tamaño de su palacio y tomó el poder la burguesía. Es decir, otro tipo de familia más numerosa pero sin corona que seguía pensando sólo en sus intereses. Las numerosas revueltas obreras se encargaron de demostrar más adelante que aquella democracia ilustrada tampoco estaba hecha para todos. Quizá se acercaba más a un cambio de gobierno que a un verdadero cambio de sistema. Pero al fin y al cabo era un paso más. Y así fue transcurriendo el tiempo, paso a paso. Entre numerosos intentos fallidos, abundantes guerras y demasiadas víctimas que abonaron el camino que lleva hasta la democracia de nuestros días. España cumple ahora 30 años desde las primeras elecciones. Aquí, democracia consiste en que un partido como Esquerra Republicana de Catalunya, sin llegar al millón de votos, pueda tener una desproporcionada representación parlamentaria de ocho escaños. Y que encima tengan la poca vergüenza de no sumarse al acto de celebración del 30 aniversario. En España, democracia consiste en el principio de “si no votáis no importáis” sumado al de “y si lo hacéis tampoco, porque vamos a hacer lo que nos dé la gana”. Aquí, democracia consiste en unos políticos cada vez más alejados de la función para la que fueron elegidos. Esta obedece exactamente a representar a un electorado que no pide demasiado. Tan sólo reclama un mínimo de unión para hacer frente al terrorismo y que no se le maree con inventos como los estatutos de autonomía o las teorías conspiratorias. Al final, la democracia ha entrado en ese saco en el que se encuentran otros términos como libertad, paz, tolerancia o talante. Campo semántico del buen rollo al que más de uno recurre a menudo sin merecerlo. Y van 30 años. En fin, paso a paso.

Fotografía de Alejandro Requeijo

Alejandro Requeijo

Licenciado en Periodismo

Escribo en LaSemana.es desde 2003

Redactor de El Español

Especialista en Seguridad y Terrorismo

He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio