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ROJO SOBRE GRIS

Icíar

Fotografía

Por Amalia CasadoTiempo de lectura2 min
Opinión03-06-2007

Pues tiene tan sólo 22 años. Podría estar estudiando, o en su primera etapa de vida profesional. Podría estar pensando en las vacaciones que están próximas, o en acabar ella misma con su vida para no seguir sufriendo y terminar antes con el de sus familiares: hay quienes quieren ponerlo de moda y llamarlo “muerte digna” hasta en los libros escolares. Pero ella piensa en comprarse una peluca de novia para casarse con su novio cuando mejore, porque aún tiene esperanza. Icíar, de San Sebastián, lleva un año luchando contra su enfermedad: un tumor en la pelvis con metástasis en los pulmones que ahora se ha extendido a los huesos. Lesiones en el cráneo y en el esternón. Por lo visto, un tumor “raro” que se extiende también de forma “rara”. Ella lo cuenta en una carta que enviaba a sus amigas con sencillez y sin dramas: “La verdad es que no tengo buenas noticias (...) médicamente la situación es muy complicada y necesito un milagro para curarme.” Icíar cuenta en su carta que su médula está cansada por la quimioterapia que ha recibido durante el año que lleva de tratamiento, que le cuesta regenerar la sangre, y que no podrá afrontar esta nueva metástasis con la misma fuerza. Que ya no tiene sentido operar el tumor, aunque se reduzca por efecto de la quicio, porque la enfermedad está muy extendida. Cuenta que un médico, amigo de la familia, le ha sugerido que se traslade a Alicante, pues conoce un tratamiento que no es muy fuerte para la médula, y que quizás podría tener buenos resultados. Lo que más me ha gustado de esa carta, sin embargo, es el párrafo que transcribo y que da sentido a todo lo demás: “Como veis seguiremos luchando con todos los medios que el Señor nos ponga en nuestras manos, pero más que nada seguiremos confiando en su misericordia. Cielo, enfermedad larga o curación, lo que Él disponga será lo mejor y ahora más que nunca nos sentimos totalmente abandonados en su Corazón. También he tenido la ocasión de ir a Lourdes hace unos días para pedirle a la Virgen su protección y su intervención”. Pues un rojo sobre gris para Icíar, que se une a la lista de las mujeres ejemplares y luchadoras de las que hemos ido hablando en esta columna, y por la que, además, en esta ocasión, quien quiera, quien crea, puede unirse en el torrente de fuerza que es la oración: “Estoy convencida de que de ahí nos viene a mí, a mi familia y a mi novio Julen la paz, la esperanza en el cielo y la confianza para afrontar esta prueba”. Para ver milagros hay que creer en ellos.

Fotografía de Amalia Casado

Amalia Casado

Licenciada en CC. Políticas y Periodismo

Máster en Filosofía y Humanidades

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