SIN CONCESIONES
Periodista en Venezuela
Por Pablo A. Iglesias3 min
Opinión03-06-2007
Cuando comencé los estudios de Doctorado en Periodismo conocí a un chico venezolano. Era uno de esos alumnos latinoamericanos que había conseguido una beca para cursar sus estudios de postgrado en España. Su nombre era Elías Said. Pronto me sorprendió su inteligencia, locuacidad e inconformismo. Elías siempre estaba dispuesto al debate y la discusión por el mero hecho de confrontar ideas. Aunque estuviese seguro de sus razonamientos, le gustaba el reto de escuchar los argumentos de los demás para a continuación tratar de rebatirlos. Casi siempre solía conseguirlo, aunque en ese afán por prolongar la conversación a menudo caía en la divagación. Tan lejos de su hogar y de su patria, lo que más le gustaba a Elías era hablar de Venezuela. Solía explicarnos sus costumbres, el carácter de la gente, sus andaduras en la universidad y el estado de los medios de comunicación. Ya por entonces escribía reflexiones sobre la situación política del país y el ejercicio de la profesión. Cuatro años después, sus análisis y pensamientos siguen llegando con frecuencia. El último es un grito de cordura y un vendaval de verdad sobre Venezuela. "Venezuela se queda cada vez más silenciosa y a manos de alguien (Chávez y sus colaboradores) dispuesto hacer lo que tenga a su alcance para no convivir con los diferentes, dejando a los que nos consideramos críticos con el pasado y presente del país con una sensación de máxima frustración y dolor al ver que el país que le dejaremos a nuestros hijos será menos idílico de lo que muchos soñamos". Así de pesimista es el vaticinio de mi amigo Elías después de que Hugo Chávez haya ordenado el cierre de un canal de televisión en Venezuela. Un acto de censura extrema. Sin embargo, Chávez lo llama defender la libertad de expresión. Radio Caracas Televisión no era un canal cualquiera. Llevaba más de 50 años emitiendo en Venezuela. Era la televisión privada más antigua del país. Entre sus hitos a lo largo de megio siglo destacan la emisión en directo de la llegada del hombre a la Luna y la producción de telenovelas que posteriormente triunfaron en España como Abigail y Cristal. Ahora, ya no queda nada de eso. Como a Cháves no le gustaban algunos de los comentarios políticos que allí se hacían, ordenó el cierre... ¡y se acabó! Imagínese, querido lector, que aquí José Luis Rodríguez Zapatero decretase el cierre de la Cadena Cope porque no le gustan los comentarios de Federico Jiménez Losantos. O que José María Aznar hubiese hecho algo semejante hace unos años con la Cadena Ser para tapar la boca a Iñaki Gabilondo. ¡Menuda barbaridad! Pues aquello que en España parece una locura ocurre a diario allí donde alcanzan los tentáculos de Hugo Chávez. Venezuela es una dictadura totalitaria disfrazada de régimen democrático. Cada día que pasa es más difícil alzar la voz porque quienes piensan por sí mismos y discrepan del yoismo de Chávez son señalados, vigilados y tachados de antipatriotas. Las leyes son meros instrumentos para aumentar el poder de esa revolución bolivariana que sólo busca enriquecer su ego y su bolsillo. Y los medios de comunicación son meros altavoces de la propaganda chavista. No hay democracia porque Chávez lo controla todo: el gobierno, los jueces, el parlamento y ahora hasta los medios de comunicación. No es fácil ser periodista en Venezuela. Por eso, no puedo hacer otra cosa que acordarme de mi compañero Elías y de todos los colegas de Radio Caracas Televisión a los que han impuesto la mordaza.
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Pablo A. Iglesias
Fundador de LaSemana.es
Doctor en Periodismo
Director de Información y Contenidos en Servimedia
Profesor de Redacción Periodística de la UFV
Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito