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ANÁLISIS DE DEPORTES

Haya calma, De Villiers

Fotografía

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura2 min
Deportes29-04-2007

Si la temporada tenística fuera sobre arcilla, Rafael Nadal sería el número uno del circuito ATP sin discusión. No hay más que ver cómo el manacorí sigue devorando registros: uno tras otro, hasta sumado más de 70 triunfos consecutivos y su vigésimo título -el tenista español en activo que más- en el Torneo Conde de Godó. Y sumando. Qué duda cabe de que ese récord sería aún mejor si fueran partidos consecutivos –con todas las superficies–, pero aun así, ya es muy representativo por el esfuerzo que requiere jugar sobre tierra, habitualmente con puntos y partidos más largos que sobre pistas rápidas. Pero el gran protagonista ha sido Tommy Robredo, que no se cortó un pelo para criticar el afán reformista del director ejecutivo de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), Étienne de Villiers. No porque el circuito no pueda mejorar, pero sí porque el surafricano, que por su condición de ex ejecutivo de la corporación Disney, sabe –ciertamente– un rato del negocio del entrenimiento, parece que quiere ponerlo todo patas arriba. La idea es clara: crear una serie de torneos mixtos, al estilo del Masters Series de Indian Wells –en el que coinciden los circuitos masculino y femenino–, un peldaño por debajo de los cuatro Grand Slam. El problema es que, para cuadrar las fechas, el bueno de De Villiers se carga la temporada de tierra batida, con los Masters Series de Montecarlo y Hamburgo –que ya han recurrido a la Justicia para defender sus derechos–, por aquello de hacer llegar torneos de mayor importancia a Asia, concretamente a China, a cambio de devolver el Torneo de Maestros a Europa. Todo ello a partir de 2009. Y además, que los jugadores se están oponiendo a ese cambio. No sólo porque el calendario ya está saturado, sino porque determinados jugadores más acostumbrados a jugar sobre tierra –entre ellos los españoles– perderían la ocasión de sumar puntos y premios muy valiosos para la Carrera de Campeones y para cerrar la temporada entre los ocho mejores del mundo. Realmente, la temporada de tierra batida ya es más reducida que los torneos sobre pista rápida –quizá el cambio sería plantear más torneos sobre pista cubierta, pues a veces el factor meteorológico, como la lluvia, interfiere en el desarrollo de la competición. Aun así, ése es un problema muy secundario. Pero todo cuenta: si el calendario está saturado, tal vez una medida que crear un circuito paralelo que reúna a los grandes torneos. Pero es una solución complicada, ya que falta por ver qué pasaría con los demás. El tenis necesita calma para afrontar estos cambios, porque como ya sucedió con el fallido experimento de introducir las liguillas (round robin), que dio pie a que determinados jugadores pasaran de ronda en detrimento de otros con más méritos, y hubo que retirarlo, es mejor empezar haciendo los experimentos con gaseosa.

Fotografía de Roberto J. Madrigal