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SIN ESPINAS

Gobierno contra natura

Fotografía

Por Javier de la RosaTiempo de lectura2 min
Opinión04-03-2007

Desde que comenzó este periodo de “democracia” en España, nunca habíamos tenido un gobierno que se enfrentara tan terriblemente a la misma realidad. Creo que su maldad y su ignorancia se mezclan de forma macabra a partes difíciles de cuantificar. El resultado, independientemente de esas proporciones, es la pura aberración. Este Ejecutivo es anarquista, caótico, desmembrador, caprichoso, mesiánico, totalitario, inmaduro y peligroso a más no poder. Mientras propone un Alianza de Civilizaciones entre conceptos tan antagónicos de la vida como los de Occidente y el islam, en su país ataca a la Iglesia católica, madre de los valores que han inspirado y propiciado el contexto histórico democrático donde ellos ejercen su gobierno y pueden promover esas iniciativas peregrinas. Además, creen en la posibilidad de que un musulmán y un occidental pueden mantener una sana convivencia, pero legalizan el divorcio exprés para que cualquier desavenencia entre un hombre y una mujer acabe en una separación rápida, fácil y de pleno “derecho”. Promueven la eutanasia patrocinando y promocionando películas antes de sacar adelante su próxima ley y luego cuando un asesino de ETA se quiere suicidar, cuidan de su vida como si el tal terrorista fuera el paradigma de las garantías que “Papá Estado” puede ofrecerle a un ser humano. Mimarlo de esa manera ha sido una decisión inteligente, arguyen. Porque para este gobierno, las decisiones políticas, justas y buenas no rentan. Pero a la perversión moral de este gobierno socialista hay que unir la tenebrosa senda por la que su extravío intelectual está llevando a los españoles. Su mano legisladora es atroz, pues ha convertido el derecho en el instrumento para imponer su subjetiva e interesada manera de ver la realidad. Convierte en ley su particular manera de ver las cosas aunque la propia realidad le muestre lo contrario. A la ley de educación y de bodas entre personas del mismo sexo, está la ignominiosa ideología de género. Algo que está pasando desapercibido porque la gente no entiende qué se propone. Pues bien, va a imponer por ley que no hay mujeres y hombres, sino seres humanos cuya única distinción real sea el concepto lingüístico con que deseen que se les denomine. Es decir, que a partir de ahora la ley dice que la única diferencia esencial entre un hombre y una mujer es el género que el ser humano haya querido adoptar; porque los genitales, la morfología física, la estructuración cerebral, el instinto maternal o paternal... ect, no son hechos suficientes para determinar que un ser humano es hombre o mujer. La última aberración contra natura es que un concepto -el género- sustituye legalmente a un hecho -el sexo-. A partir de ahora las cosas ya no serán lo que son sino lo que Zapatero -por ley- diga que son.

Fotografía de Javier de la Rosa