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ORIENTE PRÓXIMO

Fatah y Hamas avanzan en la formación del gobierno de unidad nacional

Por Salva Martínez MasTiempo de lectura4 min
Internacional11-02-2007

La ciudad de La Meca, en Arabia Saudí, acogió la semana pasada dos jornadas de intensa negociación entre los mayores dirigentes políticos palestinos. De su entendimiento surgió un acuerdo que lleva el nombre de la ciudad santa, pero la violencia entre milicias palestinas que ha precedido al compromiso ha instalado la cautela y el escepticismo entre palestinos, israelíes y la Comunidad Internacional.

Los milicianos palestinos de Fatah y Hamas dejaron de apuntarse los unos a los otros el jueves pasado. Al darse a conocer el acuerdo alcanzado entre los dirigentes de ambos partidos; respectivamente, Mahmud Abbas, el presidente palestino, e Ismael Haniya, el primer ministro, las armas apuntaron al cielo y descargaron sus balas en señal de celebración. Eric Westervelt, reportero de la estadounidense National Public Radio, se movió entre palestinos que tiraban ráfagas con sus rifles de asalto de fabricación rusa AK-47 la noche del pasado jueves en la Ciudad de Gaza. Además de recoger con su micrófono la particular celebración del acuerdo entre Abbas y Haniya, el corresponsal constató un cierto sentimiento de escepticismo entre quienes festejaban el compromiso. “No soy optimista. La lucha interna está basada en una disputa política que no está resulta todavía y el levantamiento del bloqueo económico es algo que todavía depende de americanos, israelíes y la Comunidad Internacional” le dijo a Westervelt un joven palestino mientras otros se mostraban eufóricos. En el Jerusalem Post del pasado martes, día en que comenzó el encuentro de La Meca, se leían no pocas razones que existían a priori para dudar del posible buen entendimiento que podrían encontrar los representantes de la Presidencia Palestina con los del Gobierno de la Autoridad Nacional Palestina (ANP). Por ejemplo, desde hace unos meses, otros acuerdos para la formación de un ejecutivo de unidad nacional se han anunciado. Pero poco después, milicianos de Fatah y Hamas volvían a enfrentarse. Que la violencia reine de nuevo en la Franja de Gaza es tan probable como que la escalada de violencia entre palestinos es una dinámica que comenzó hace poco más de un año. De hecho, desde que Hamas ganara las elecciones legislativas en enero de 2006, los enfrentamientos entre los hombres armados de ambos partidos han causado la muerte de 400 personas según el Palestinian Center for Human Rights y el Ministerio de Salud palestino. En este sentido, Khaled Abu Toame, reportero del citado periódico de la ciudad tres veces santa, afirmaba en un reciente artículo: “lo ocurrido las pasadas semanas ha demostrado que las partes (Hamas y Fatah) han perdido un cierto control de sus hombres armados”. El reportero árabe de nacionalidad israelí señalaba una escabrosa cuestión que puede poner problemas a la hora de desarrollar un gobierno de unidad nacional palestino. Sin embargo, tras el encuentro de la semana pasada, queda claro una vez más que existe la voluntad política de Hamas y de Fatah de “no derramar sangre palestina”. Prueba de ello es el anuncio del pasado jueves en el que Abbas y Haniya hicieron público que estaban de acuerdo en cómo repartir los ministerios de un nuevo gobierno que los más optimistas dicen que estará formado en menos de cinco semanas. A finales de los pasados siete días, se hizo saber que el nuevo acuerdo que permitirá la formación de un nuevo gobierno palestino establece que los ministerios clave, el de Asuntos Exteriores, Finanzas e Interior, estarán en manos de personalidades de probada independencia. Esta distribución evitaría vincular a Hamas con las finanzas del nuevo gobierno, y con ello, se podría dar pie al fin del boicot internacional que mina la economía palestina -netamente dependiente de las finanzas de la ANP- desde que el movimiento islamista se impusiera en las elecciones legislativas. No obstante, en la Comunidad Internacional impera la cautela y se evitan compromisos inmediatos. Por su parte, Israel, comenzó a presionar a los actores internacionales implicados en el conflicto israelo-palestino para que no se ponga fin al boicot. “Incluso cuando el futuro nuevo gobierno no ha fijado aún sus líneas políticas básicas, la declaración de Abbas deja claro que no se cumplen las condiciones” que permitan el levantamiento del boicot, dijo a finales de la semana pasada la jefa de la Diplomacia israelí, Tzipi Livni. Las condiciones impuestas por Israel y la Comunidad Internacional al Gobierno palestino son las que se pretendieron imponerse a Hamas sin éxito: el fin de la violencia, el reconocimiento del derecho de Israel a existir y el respeto de los acuerdos previos entre israelíes y palestinos. Hamas parece estar dispuesto a cumplir esta última condición, sin comprometerse en lo que respecta a las otras dos. El consejero de Haniya, Ahmed Youssef, fue explícito la semana pasada: “en el nuevo gobierno no habrá ningún signo de reconocimiento de Israel”.

Fotografía de Salva Martínez Mas