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IRAQ

La Justicia italiana procesa ¬en ausencia¬ a un marine estadounidense

Por Luis Miguel L. FarracesTiempo de lectura3 min
Internacional11-02-2007

La Justicia italiana ha decidido dar un paso adelante contra la habitual negativa de Estados Unidos a extraditar militares a terceros países. Según anunció el Tribunal de Roma la pasada semana, el próximo 17 de abril comenzará el juicio en rebeldía contra el marine estadounidense Mario Lozano por la muerte de un agente secreto italiano en Iraq en 2005. El magistrado del caso, Sante Spinaci, ha decidido que la ley se imponga aunque el banquillo de los acusados esté vacío, pues la Administración Bush ya ha anunciado que no entregará a su soldado.

Spinaci dio luz verde a la petición de los fiscales del agente secreto, Nicola Calipari, que consideraron su muerte como “un delito político que ha dañado los intereses del Estado”, algo que posibilita que se procese en rebeldía a Lozano, es decir, en su ausencia. Las protestas del abogado de oficio del soldado acerca de que no podía juzgarse a Lozano por la muerte de Calipari porque “se limitó a cumplir órdenes” fueron así desestimadas. El caso Calipari La muerte de Calipari tuvo lugar en 2005, cuando el agente italiano se encontraba en Iraq para liberar a Giuliana Sgrena, una periodista secuestrada por un grupo insurgente. Una vez cumplida su misión, Calipari se disponía a trasladar a su compatriota al aeropuerto de Bagdad en coche, para llegar al cual debían pasarse varios puestos de control del Ejército estadounidense. Cuando se encontraban a escasos 700 metros del aeródromo, y una vez pasados varios de los checkpoints, una patrulla norteamericana cegó al coche con un foco de alta potencia y los soldados descargaron entre 300 y 400 disparos contra el automóvil. Sgrena, superviviente del ataque, declaró que el coche “no iba a una velocidad excesiva” y que “estaban avisadas todas las patrullas de su paso”. Asimismo, la periodista aseguró que Calipari “hizo de escudo humano con su cuerpo” para protegerla de los disparos antes de caer muerto. Sgrena incluso llegó a apuntar que “ella tenía información que Washington no quería que se aireara” y que ello pudo influir en el tiroteo, aunque jamás ha detallado el contenido de esas informaciones. Por su parte, los marines norteamericanos aseguraron que abrieron fuego contra el vehículo, que según ellos “circulaba a bastante velocidad” después de que su conductor “hiciera caso omiso a varias señales y a disparos al aire”. Tras el suceso, los gobiernos de EE.UU. e italiano realizaron varias investigaciones, aunque jamás se pusieron de acuerdo en sus resultados. La muerte de Couso y el secuestro de Masri, en la lista de antecedentes La lista de rechazos de Estados Unidos a extraditar a miembros de sus fuerzas de seguridad es bastante larga. Entre los casos más sonados, y más recientes, se encuentra el del cámara español de Telecinco José Couso, muerto en Iraq después de que un carro de combate norteamericano abriera fuego contra un hotel lleno de periodistas. La Justicia española ha intentando desde hace años que Washington le facilite datos de Thomas Gibson, Philip de Camp y Philip Wolford, la cadena de mando que posibilitó el ataque contra el Hotel Palestina. Sin embargo, Estados Unidos se ha negado a cooperar con el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz aludiendo a que fue un incidente de guerra y que no puede responsabilizar a ninguno de sus soldados. Incluso la agencia Reuters puso en boca de un miembro del Departamento de Estado norteamericano, que prefirió permanecer en el anonimato, que “antes llegaría un día muy muy frío en el infierno” que el día en que dos soldados estadounidenses comparezcan ante un tribunal español. Ante la nula cooperación de Washington, Pedraz solicitó ayuda a Interpol para elevar una orden de búsqueda y captura contra los tres marines. Sin embargo, la propia Interpol respondió que necesita los datos domiciliarios de los soldados para poder llevarla a cabo, algo que Estados Unidos se niega a facilitar. El reciente caso de Khlaed el Masri promete también entrar en la lista de negativas de cooperación. La pasada semana la Fiscalía de Múnich ordenó la detención de 13 miembros de la CIA por el secuestro de Masri, ciudadano alemán de origen libanés, en medio de la controversia de los vuelos ilegales de la CIA en suelo europeo.

Fotografía de Luis Miguel L. Farraces