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ROJO SOBRE GRIS

Soltar lastre y volver a ser

Fotografía

Por Amalia CasadoTiempo de lectura2 min
Opinión28-01-2007

Debe ser difícil poner los pies en la tierra después de haber vivido en la galaxia. Debe ser difícil hacer que un equipo entero y una afición retorne a tierra firme, al campo de juego, a la bota en el balón y al balón contra la red porque, de todos es sabido, en la galaxia no existe la gravedad. Sin gravedad se vuela, se flota y todo es como un sueño de estrellas donde nadie se cae, ni se embarra, y todo tiene la perfección de las historias inventadas que hablan de héroes guapos y ricos que salen en las revistas, hacen publicidad y tienen todo lo que quieren. El medio se convirtió en un fin y el marketing se devoró al fútbol. Se perdieron el norte y la objetividad, las mentes oxigenadas se volvieron daltónicas y ya no distinguían el césped verde da la gran alfombra roja de Hollywood. Que el fútbol sea un negocio, pase; que lo que sólo era ya un negocio pasase por llamarse fútbol, eso ya no se lo tragaba ni el más blanco. A todo esto, me pregunto si se cambiará el nombre a las cuatro torres de la ciudad deportiva del Real Madrid. Dos de ellas nos traen más recuerdos de finales indignos, como el cabezazo de Zidane o los kilazos de Ronaldo, aunque el otro cincuenta por ciento –Figo y Beckham- hayan sido ejemplo de saber estar, compromiso y educación. Es de estudio sociológico lo que ha pasado en este Club de fútbol, de Florentino hasta hoy. Es digno de una tesis sobre cómo casi todo refleja los males –o virtudes- de nuestro tiempo. Todo un club centenario, con una clara tradición y sabiduría heredadas, ha caído víctima de los grandes males de una sociedad opulenta decadente, consumista, que malvive el aquí y ahora, hedonista, sin espíritu de sacrificio, sin necesidades, sin nada por lo que luchar y, por tanto, sin ilusión; incapaz de vibrar e incapaz de hacer vibrar. Saber dónde está lo eterno, lo que permanece, lo que no muda con el tiempo, lo valioso pero siempre valioso: qué importante es en la vida, y qué difícil, sin embargo, tantas veces encontrarlo. Eso sí: para buscarlo, hay que mancharse las botas, hay que subir escarpadas montañas y soltar lastre, pues pocas cosas valiosas se consiguen sin esfuerzo, compromiso y renuncia. Rojo sobre gris a un valiente soltar lastre en el Real Madrid. Que la apuesta final sea por lo que verdaderamente perdura en el tiempo, por volver a la esencia del fútbol, aunque haya que empezar por aprender, otra vez, los colores.

Fotografía de Amalia Casado

Amalia Casado

Licenciada en CC. Políticas y Periodismo

Máster en Filosofía y Humanidades

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