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SIN CONCESIONES

Zapatero, al desnudo

Fotografía

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura3 min
Opinión28-01-2007

"El hombre que ha cometido un error y no lo corrige comete otro error mayor". Con esta frase de Confucio comenzó hace quince días el enfrentamiento entre Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero por el último atentado de la banda terrorista ETA. El líder de la oposición reprochaba así al presidente del Gobierno que hubiera tratado de llegar a un acuerdo con una panda de asesinos. Rajoy explicó el error y exigió a Zapatero una rectificación. Rajoy dio por hecho que el Ejecutivo no sólo no se arrepiente de haber hablado con terroristas sino que, además, sigue empeñado en acabar con la violencia a través del diálogo. Aunque Zapatero dijo poner "punto y final" a las conversaciones con ETA, Rajoy desconfió de su palabra y trató de forzar al jefe del Gobierno para que públicamente se humillara con una rectificación explícita. Aquello le costó el debate a Rajoy. La mayoría de los españoles no querían eso. Dolidos todavía por la muerte de dos jóvenes ecuatorianos en el atentado de Barajas, los ciudadanos se conformaban con que Zapatero asumiera algún error -como hizo- y que Rajoy ofreciera su hombro al Gobierno. Mucho han cambiado las cosas desde entonces. Algunos miembros del Gobierno han endurecido sus manifestaciones contra ETA pero no así Zapatero. Su ambigüedad sorprende tanto como la repetición de errores que antes parecían fruto de la inconsciencia y que, sin embargo, esconden una clara intencionalidad. Llamar "accidentes mortales" a los asesinatos terroristas fue una ofensa a las víctimas. Pero hablar de "fase final" en ETA tras el atentado de Barajas supone un insulto a la inteligencia de los españoles. Una cosa es ser un optimista antropológico, como se autodefine Zapatero, y otra ser un imprudente en los diagnósticos. Hace exactamente un año que este aprendiz de adivino pronosticó el "inicio del prinicipio del fin" de ETA y, sin embargo, ahora hay dos muertos más en la fúnebre lista de los terroristas. Este genio de la lampara debería haber puesto fin a sus negros augurios cuando ETA cometió el atentado de Madrid al día siguiente de que él vaticinase que dentro de un año estaríamos mejor para acabar con el terrorismo. Ahora, cada vez que Zapatero lanza una profecía, somos millones los españoles que nos metemos debajo de la cama temerosos ante otra desgracia. Cuando Voltaire afirmó hace dos siglos que "el hombre se precipita en el error con más rapidez que los ríos corren hacia el mar" seguramente pensaba en alguien con una imprudencia equivalente a la del presidente del Gobierno. Zapatero no hace caso a los sabios. Dijo Goethe que "es un gran error creerse más de lo que uno es" y obcecarse con grandes ensoñaciones. Marco Tulio Cicerón afirmó antaño que "de todos es errar, pero sólo del necio perseverar en el error". Pero cometida la equivocación, según el Premio Nóbel Ramón y Cajal, "lo peor es tratar de justificarla, en vez de aprovecharla como aviso providencial de nuestra ligereza o ignorancia". Pero Zapatero se niega a aceptar sus propias limitaciones. La soberbia y el mesianismo del presidente del Gobierno dejan constantemente al descubierto sus propósitos e intenciones. Cada frase profética de Zapatero es un error y cada error es una prenda que pierde delante de los españoles. Con sus "fases finales" del terrorismo, con sus "trágicos accidentes" y con su empeño en dialogar con ETA va camino de quedarse desnudo de argumentos. Ha perdido el gorro, los guantes, la chaqueta, la corbata, los zapatos y hasta la camisa. En el debate con Rajoy, Zapatero prometió convocar el Pacto Antiterrorista e impedir que la banda se presente a las elecciones municipales. El tiempo pasa y aún no ha hecho nada. Todo lo contrario, el Gobierno y el PSOE han apoyado que De Juana Chaos saliera de prisión. Como siga por ese camino, Zapatero puede perder los pantalones, quedarse en cueros delante de toda España y recibir una patada donde más duele cuando lleguen las elecciones.

Fotografía de Pablo A. Iglesias

Pablo A. Iglesias

Fundador de LaSemana.es

Doctor en Periodismo

Director de Información y Contenidos en Servimedia

Profesor de Redacción Periodística de la UFV

Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito