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SIN ESPINAS

Necesidad, no lujo

Fotografía

Por Javier de la RosaTiempo de lectura1 min
Opinión28-01-2007

Confiar y tener esperanza en la vida no es un lujo, es una necesidad. Cuesta entender esta afirmación cuando todo va más o menos relativamente bien en la vida y parece que tener fe es algo que está ahí para que uno lo tome o lo deje a su conveniencia. Tengo la certeza de que muchos de aquellos que dicen no poseerla viven inconscientemente confiados en que la vida siempre les dará todo aquello que necesitan. Así como otros que están seguros de conocer las premisas de esa fe viven desconfiados, asustados y con una tremenda desesperanza ante el porvenir. ¡Paradojas de las vida! Las personas con ambas actitudes han de despertar de ese letargo. Pues las dos limitan al hombre. Aceptar que se puede vivir plenamente sin fe no es razonable ni realista, no es natural ni humano, vivir la fe con desconfianza es un desgraciado contrasentido. Admirar la grandeza de lo creado hace al hombre levantar la mirada al cielo y preguntarse quién habrá podido construir todo esto. Pero si no aprecia que lo más sencillo esconde la esencia de la creación, olvidará el verdadero y gran valor de su propia existencia. Una existencia capacitada para admirar esa creación. La Fe con mayúsculas es la fe sencilla, esa que confía poco a poco y permite al hombre dar el siguiente paso de bebé. Lo otro no es fe, es la soberbia y la rebeldía de negarse a reconocer -a veces también inconscientemente- que no podemos abarcar ni entenderlo todo. Por eso lo más realista y razonable es tener fe, porque la vida nos pide eso. Y si nos lo pide es porque será la manera de vivir. Felicidad empieza por fe. ¡Vive la fe-licidad!

Fotografía de Javier de la Rosa