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ANÁLISIS DE DEPORTES

De la diferencia entre intereses y compromisos

Fotografía

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura3 min
Deportes28-01-2007

La Liga está como el Real Madrid: se mantiene viva, pero no termina de encontrar su rumbo. El peor promedio goleador en casi dos décadas evidencia que España, al contrario que Italia e Inglaterra, no tiene un estilo definido y se mueve por tendencias. Modestos como Recreativo y Getafe están con los mejores números de su historia, en tanto que los grandes se han puesto de acuerdo para no dar una a derechas. En el campo, se entiende. No se puede generalizar, pero ocurre que el fútbol es un deporte de intereses separados y cuando cambia el viento, como ahora sucede, la Liga y la selección son como la cigarra que no se preparó para el invierno. Por cometer el error de no asociarse para mimar la base del espectáculo –es decir, las familias–, y no se resolverá, resulta que el fútbol tiene más ese aspecto de negocio para que algunos se lucren, o al menos se den a conocer. Y por ahí no van los tiros. A falta de una perspectiva global, porque lo que hacen la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y la Federación Española (RFEF) es de traca, veamos los clubes, por aquello de que son algunas de las marcas más conocidas de España en el mundo. La dejadez para aprovechar el ciclo de éxito que han mantenido en los años recientes Real Madrid y Barcelona –valga como vara de medir la Liga de Campeones, por ser más relevante– propicia que en cuanto cambia un gestor, o en cuanto no se prepara la renovación de un ciclo deportivo, llegue el caos. ¿Dónde quedan los años de bonanza con Vicente del Bosque en la Casa Blanca? ¿En qué se puede quedar el mejor Barcelona de la historia? Y aun así, el club azulgrana se acerca más a los socios. En cambio, otros deportes hacen como la hormiga del cuento y encuentran, poco a poco, ayudas y soluciones para crecer. El balonmano ha sabido exprimir los fichajes para dominar en Europa –y hablamos sólo de los clubes Asobal–, pero mantiene una base de jugadores españoles experimentados que, con un entrenador obsesivo y competente, están apurando sus últimos años en activo pero al mismo tiempo enseñan a los nuevos valores. Todos ganan, y el tirón tiene un exótico ejemplo en la apuesta de Al Jazeera por el Mundial de Alemania: un grupo de periodistas sigue a la selección española y los balonmanistas, en los países árabes, son tan populares como los jugadores de estos países, tanto como los Fernando Alonso, Pau Gasol y Rafael Nadal. El balonmano ha sabido ganarse una imagen de deporte duro y competido, pero al mismo tiempo noble. Y cuando se tienen las ideas claras y se trabaja con continuidad, aparecen las oportunidades. El baloncesto está en las mismas y está sabiendo ganarse un hueco. La iniciativa de la ACB para crear una red de centros deportivos con su marca, para aprovechar el tirón y promover un estilo de vida que aúne salud y estética –con esos anglicismos que se dan en llamar fitness y wellness, forma y bienestar, que es tanto como reunir servicios diversos como la fisioterapia, masaje dietética, nutrición, homeopatía, tratamientos faciales, etcétera–, con precios populares, es arriesgada pero agradablemente sorprendente. Y aún podría ser mejor si consiguiera abarcar campos como la restauración saludable y crecer con otras empresas que se asocien: quizá para más adelante, pero la perspectiva es prometedora. Y si el respaldo está en el fomento no sólo del básket, sino de otros deportes como el balonmano, el tenis, el fútbol sala, no hay duda de que este primer paso es un acierto. Ahora queda por ver si se consolida.

Fotografía de Roberto J. Madrigal