SER UNIVERSITARIO
Dime con quién hablas...
Por Álvaro Abellán
2 min
Opinión21-01-2007
Un hombre sensato que escucha de ETA, justo después del atentado con más explosivos de su historia, que “la tregua sigue en marcha”, tal vez piense que los terroristas tienen un sentido del humor especialmente macabro. Pero no es así. No se trata de ninguna burla. Lo decían muy en serio. Y el Gobierno español, tres semanas después de los últimos cadáveres, lo ha confirmado: la nueva política antiterrorista incluye el diálogo con “todo el mundo”, incluidos los terroristas. El problema, por lo tanto, no es que a las personas sensatas le parezca absurdo el lenguaje de ETA. El problema es que a las personas sensatas también les parece absurdo el lenguaje del Gobierno, que es el mismo que el de ETA. Por otro lado, estábamos condenados a ello: todo diálogo requiere de un idioma común entre las partes y, como ETA no habla el idioma lógico de la democracia, si el Gobierno quiere dialogar con ella parece estar dispuesto a adoptar el lenguaje de los terroristas. De ahí que Zapatero se mueva con comodidad en expresiones batasunas como “proceso de paz” y “normalización del país”, mientras que evita otras como “por la libertad y contra el terrorismo”. También en esa lógica está llamar “ausencia de violencia” o “mantenimiento de la tregua” mientras se suceden la quemas de sucursales bancarias, los incendios de autobuses, las amenazas de muerte, la extorsión a los empresarios, y el silencio impuesto a quien discrepa. La última adopción que el Gobierno ha recibido de los terroristas es la del ostracismo para quien discrepa. Mientras que en el País Vasco nadie puede expresar sin miedo a morir determinadas ideas políticas, el Gobierno de España ha decidido que en el parlamento nadie se rebajará a discutir una sola propuesta sobre terrorismo que venga del PP. Negar el debate parlamentario sobre asuntos de Estado como éste, son otra expresión típica de las falsas democracias. Zapatero debería reflexionar sobre el parafraseado refrán español: dime con quién hablas…
