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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

Ya queda menos

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Sociedad03-12-2006

¡Que no es Navidad! Pero ya falta menos, a pesar de que este año los españoles ya no tienen esa banda sonora a la que estaban acostumbrados con el anuncio de la Lotería. Un ingenioso creativo se ha cargado al calvo del anuncio y, no contento con eso, el muy lumbreras también suprimió el maravilloso vals de Doctor Zhivago. Pero da igual. Sea Navidad o no, los españoles vamos a gastar lo mismo o más en probar fortuna apenas unos días antes de Navidad. Es la tradición propia de estas fechas: gastar la paga para pedir un crédito en enero, engullir delicias al por mayor para hacer subir el colesterol, emborracharse sin control y, por supuesto, dormir poco. Así se divierte el español común, que celebra la Navidad un mes antes con esos compañeros de trabajo a los que en todo el año dirige la palabra. Aunque tampoco es para pasarse y no querer celebrar la Navidad, como ha hecho un colegio aragonés. ¿En qué quedamos? Dirá usted, querido lector. Puestos a ejercitar el relativismo del que se queja el Papa Benedicto XVI la respuesta tendría que ser: "En lo que cada cual quiera". Pues no. Ya sé que a usted le costará creerme, porque los anuncios de televisión, los escaparates y demás dicen todo lo contrario. Celebre usted o no la Navidad, o la celebre como quiera, créame, aún no es Navidad. No es Navidad hasta que el mismísimo Dios venga y nos lo diga. ¿Qué Dios? Me preguntará usted confuso. Pues, si con esa pregunta usted viene a mostrarme sus dudas sobre la existencia de Dios, le confieso que existe, que yo me lo he encontrado. Pero si, además, con la misma cuestión viene usted a decirme que especifique el Dios al que me refiero, le diría a usted que es Ése al que defiendo: el que un día la emprendió a latigazos contra los mercaderes en el templo porque no concebía que el hombre se ocupase de sus riquezas exteriores en vez de invertir su vida en amar al prójimo. En eso hemos convertido, querido mío, la Navidad. En un mercadeo triste y sin sentido. Por lo que más quiera, gaste lo que le venga en gana en estas fechas, pero invierta en los demás tanta bondad como dinero en regalos y festines. Seguro que de esa forma se sentirá el más afortunado de esta Navidad para la que ya va quedando menos.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo