ANÁLISIS DE ESPAÑA
Para volverse loco
Por Alejandro Requeijo4 min
España29-10-2006
Propongo que para las próximas elecciones todos los que vayan a votar, es decir, aquellos que todavía creen que eso de meter un papelito en la urna sirve para algo, sean obsequiados con un manual de instrucciones para comprender el por qué de muchas cosas que hacen los políticos. Sugiero como titulo algo así como, “Guía rápida sobre el proceder político“. Seguro que alguna editorial avispada se forraría con el invento y es que, pese a los sufridos intentos del electorado, los políticos cada día lo ponen más difícil. A ser posible que el manual viniese con distintas versiones, una para principiantes en la materia y otra para más avanzados. En formato de bolsillo para leer en el metro o consultar en cualquier momento en el que el presidente o ministro de turno sorprendiese con alguna floritura. Alguna extravagancia como el desenlace final de la ya de por si disparatada búsqueda del candidato socialista para Madrid . Zapatero ha saldado las incógnitas colocando a un hombre de su confianza. Conocido en su casa como Miguel Sebastián y por el resto de los mortales como “¿Miguel qué?”. Tanto tiempo de espera, tanto tiempo viendo pasar nombres de galácticos como Bono, González o De la Vega para que al final, nada de nada. Los socialistas han dejado a los madrileños con la sensación propia del que termina de ver una película de intriga que acaba mal, es decir, como va a acabar la película de este economista metido a mártir que, por cierto, incomodaba demasiado a Solbes. El manual de instrucciones, podría incluso editarse en distintas comunidades con las peculiaridades de los responsables públicos de cada región. Así, con sus textos en castellano, catalán, euskera o gallego, todos aprenderían a interpretar los motivos que llevan a la clase política a tomar determinadas decisiones. Habría sido de gran utilidad, por ejemplo, a la hora de ver el sentido -o la gracia- a las estrategias que se dejan ver en la campaña por la Generalitat. Desde el anuncio de la Nocilla-Montilla, “el alimento que necesita Cataluña”, a la última, esa de convertir al presidente de un equipo de fútbol en el centro de las necesidades de la sociedad catalana. Ya se sabe, més que un club. Habría que remontarse mucho en el tiempo para encontrar tantas incoherencias, rectificaciones y desatinos concentrados en un sola semana. El paso en falso más sonoro, por novedoso, ha sido el que ha protagonizado el PP con su giro de 180 grados con respecto a las reformas estatuarias. Después de poner el grito en el cielo por la definición de nación en el Estatut ahora van y, con el beneplácito del mismo Rajoy, aceptan el término de “realidad nacional” para Andalucía. Adiós a dos años de oposición basados casi en exclusiva en la defensa de la Constitución y la critica hacia las reformas insolidarias, la desvertebración de España, el Apocalipsis, etc, etc. Pero para despejar las dudas y por si alguien pensaba que lo del texto andaluz tan sólo había sido un despiste, los populares se han encargado de rematar la jugada en Castilla-La Mancha. El PP ha aceptado el derecho de esa comunidad a fijar las inversiones del Estado así como la potestad para decidir sobre sus aguas, según la Carta Magna, competencia exclusiva de las Cortes. ¿Dónde quedan ahora los tres millones de firmas, la manifestaciones, las broncas en el Congreso…?. Donde dije digo, digo Diego. O mejor dicho, donde dije unidad de España o solidaridad territorial digo votos. Las portadas, las declaraciones, todo se repite. Lo único que parecía seguro ahora ya no lo es. Mañana volverá a serlo y pasado cambiará otra vez. De este modo se encuentra también Zapatero y su proceso de paz. Sumidos en un bucle repetitivo que no avanza y desgasta como Bill Murray en aquella película sobre el día de la marmota. Ni la internacionalización del conflicto le ha bastado a ETA que respondió al gesto del presidente robando 350 pistolas en el sur de Francia . Esto ha llevado al Gobierno a replantearse la situación y reabrir un proceso de verificación para asegurarse de que el alto el fuego es real. Lo mismo que se hizo hace cuatro meses. Cansado de dar, el líder del Ejecutivo espera ser correspondido y pide “hechos inequívocos“. Aguarda un gesto de los terroristas como el adolescente desea la llamada de la chica de la noche anterior sin aceptar que sólo fue un calentón de última hora. Así, pendiente del teléfono se encuentra Zapatero y con él el Estado de Derecho. Al final, en esta política de marketing de quita y pon y de verificaciones sobre lo verificado, lo único que parece estar claro es que Gallardón repetirá como Alcalde de Madrid, aunque con este panorama ya cualquiera se fía. Mientras esperamos, por favor, vayan preparado ese manual de instrucciones porque esto no hay quien lo entienda.
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Alejandro Requeijo
Licenciado en Periodismo
Escribo en LaSemana.es desde 2003
Redactor de El Español
Especialista en Seguridad y Terrorismo
He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio