Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ANÁLISIS DE SOCIEDAD

Cambiar de cara

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura1 min
Sociedad29-10-2006

Se nos debería caer la cara de vergüenza cada vez que nos enteramos que hay millones de niños sin escolarizar. No mover un dedo para que un crío vaya al colegio es condenarle a la muerte o, dicho de otro modo, al suicidio de su hipotético proyecto de vida. Quizás, si un día fuésemos lo suficientemente valientes, cogeríamos a uno de esos pequeños en el regazo y les haríamos la entrevista de trabajo más importante de su vida: "Y ¿tú de mayor qué quieres ser", diríamos. Quizás nos respondiese que médico, movido por el dolor de esas enfermedades que le rodean y que son muy distintas a las de occidente, donde se producen dolencias por llenar el estómago o malgastar el dinero y la salud en un vicio tonto. Se nos debería caer la cara de vergüenza cada vez que maltratamos el medioambiente -cada vez más acotado- por nuestra irracionalidad, comodidad y consumismo, actuando de un modo egoísta, sin pensar en todos los niños que vendrán aún, a uno y otro lado de este planeta insignificante del Sistema Solar. A veces, cuando caemos en la cuenta y descubrimos una mínima parte de todos los errores tremendos que cometemos y que dañan a los demás, sentimos la necesidad de meter la cabeza en el agujero como el avestruz, ponernos una careta o, según va la ciencia, trasplantarnos la faz. Muchos deberíamos inscribirnos en la lista de receptores de nuevo rostro sonrojado y avergonzado por permitir, por acción u omisión, tanta injusticia. Pero también sería injusto que nos dieran un rostro nuevo para poder cambiar de cara.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo