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FRANCIA

Varias quemas de autobuses hacen saltar de nuevo las alarmas en Francia

Por Claire AmbrósTiempo de lectura2 min
Internacional29-10-2006

Un año acaba de pasar desde la muerte de Zyed Benna y Bouna Traeré, dos jóvenes que perdieron la vida escondiéndose en un transformador eléctrico porque estaban perseguidos por la policía. La pasada semana tuvo lugar una marcha conmemorativa en Clichy-Sous-Bois, donde se reunieron más de 1.000 personas (según la Policía). Las familias, sus abogados y el alcalde de la ciudad, Claude Dilain, abrieron esta marcha matinal en una jornada que llevaba el lema “Muerte para nada” sobre camisetas blancas.

Este aniversario fue el inicio de más de tres semanas de crisis en Francia. Una violencia que se puede resumir en tres grandes puntos: agresiones a los policías, actos de vandalismo e incendios de vehículos. Según los servicios de información de la Policía: “actualmente vuelven a darse las mismas condiciones que condujeron a la oleada de violencia en octubre y noviembre de 2005”. Durante la noche de miércoles 25 a jueves 26, tuvieron lugar varios incidentes en las afueras parisinas. Incidentes que parecen premeditados y organizados para despertar el interés de la Policía la noche anterior a este primer aniversario. El jueves a la una de la madrugada, una decena de personas encapuchadas con puños americanos subieron en el último autobús de la línea 122, entre las ciudades de Bagnolet y de Montreuil. Pidieron al conductor y a los pasajeros de bajar del vehículo para prenderle fuego un poco más adelante. Al mismo tiempo, en Nanterre, un grupo de cinco individuos asaltaron un autobús de la línea 258. También encapuchados, lanzaron un liquido inflamable antes de quemarlo y de salir corriendo. Los seis pasajeros (contando con el conductor) que quedaban dentro tuvieron justo el tiempo de salir de las llamas. Pero hubo más incidentes serios. En Grigny (en el distrito de Essonne) el miércoles a las nueve de la tarde, medio centenar de encapuchados ocuparon el cruce de la nacional 445, que une la A6 y la Francilienne. Las fuerzas antidisturbios (CRS) y las brigadas anticriminalidad (BAC) tuvieron que intervenir. Los policías fueron victimas de lanzamiento de piedras. También un autobús fue quemado el domingo 22 en Grigny por un grupo reducido de jóvenes. Los pasajeros y el conductor tuvieron justo el tiempo de salir. Después de este acto de violencia, diecisiete líneas de autobús fueron suspendidas a la caída de la noche. Después de lo ocurrido esta semana, el ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy, quiere hacer más seguros los transportes públicos de ciertas líneas. Para ello, se van a desplegar refuerzos policiales y agentes de seguridad para algunas líneas de autobús de las afueras de Paris y de Lyon. También insiste sobre las “penas severas” que se arriesgan las jóvenes al incendiar elementos del servicio público.

Fotografía de Claire Ambrós