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SER UNIVERSITARIO

El banquero de los pobres

Fotografía

Por Álvaro AbellánTiempo de lectura2 min
Opinión15-10-2006

Mohamed Yunus demostró una inteligencia privilegiada. Nacido en Bangladesh, cursó estudios en la India en los 60 y marcho becado a EE UU para completar su formación. Hasta ahí, como tantos otros inteligentes; pero él, además, regresó a su país. Allí prestó una pequeña cantidad de dinero (unos 22€ al cambio actual) a unas mujeres que malvivían de la artesanía del bambú; y éstas se lo devolvieron. Hasta ahí, como tantos otros medianamente generosos; pero él, además, reflexionó sobre lo ocurrido. Mohamed Yunus puso su inteligencia y su compromiso al servicio de una gran idea, se atrevió a pensar en grande y a responder a la confianza generada por aquellas mujeres. Mohamed Yunus se atrevió a cambiar el mundo. Yunus inventó un sistema de microcréditos que ha revolucionado la ayuda a los desfavorecidos para crear desarrollo económico y social. Su teoría consiste en que la mejor manera de formar a los pobres y sacarles de su miseria es otorgándoles responsabilidades. Para eso, unas sencillas reglas del juego: pequeños préstamos (60-240€), a un interés muy bajo, otorgados a personas (normalmente grupos de mujeres) sin solvencia económica y cuyo único aval es su palabra en forma de proyecto. No son estas reglas como cualquier otras, sino que demuestran conocer muy bien el modo de ser de los hombres… y de las mujeres. Miran más al corazón del ser humano que a las seguridades de las rentas y capitales. Por eso son más eficaces, además de mucho más humanas. Más de 100 millones de personas se han beneficiado de este sistema; un cinco por ciento de los que tienen microcréditos salen cada año del umbral de la pobreza y un 96 por ciento de los créditos son devueltos íntegramente y a sus 66 años de edad puede decir, sin falsos idealismos ni soberbios pragmatismos, que “algún día nuestros descendientes tendrán que ir al museo para saber lo que era la pobreza”. Aunque, precisamente porque sabe mirar al corazón del hombre, reconoce que no es económica la peor de las pobrezas; como no es el dinero la mayor de las riquezas. La paz es imposible sin solucionar la pobreza. Así justifica la Academia conceder a este banquero de los pobres el Nobel de la Paz. Convenimos con la fundación sueca, por esta vez. Pues si este pacífico premio está marcado por la presencia de personajes como Arafat o Gerry Adams, o por la ausencia de otros como Juan Pablo II, en la pareja Nobel-Yunus es el primero quien sale prestigiado. Gracias, Mohamed, por encarnar un modelo de ser universitario.

Fotografía de Álvaro Abellán

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Doctor en Humanidades y CC. Sociales

Profesor en la UFV

DialogicalCreativity

Plumilla, fotero, coach