ANÁLISIS DE ECONOMÍA
La última palabra...
Por Gema Diego
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Economía25-09-2006
En Metrovacesa lo han demostrado. Ya pueden decir misa los pretendientes, el Gobierno, la Unión Europea, los organismos reguladores, los presidentes, la bolsa y los medios de comunicación, que la última palabra en un proceso de compraventa la tienen los accionistas. Por ellos, el pulso entre la familia Sanahuja y Joaquín Rivero ha quedado, de momento, en empate. Por ellos, Telepizza afronta ahora una nueva etapa. Y por ellos, en fin, terminará de una forma u otra la OPA de E.ON sobre Endesa, aunque la pugna actual la sigan manteniendo Bruselas, el Ejecutivo español y la Comisión Nacional de la Energía. Ejemplos como éste demuestran que las soluciones a las cuestiones que se plantean en las altas esferas económicas vienen de abajo, a pesar de que en los gabinetes de expertos y en los comités ejecutivos de las compañías se le den vueltas y más vueltas a constructos que satisfagan a todos, como han hecho en los últimos tiempos Suez y Gaz de France con tal de salirse con la suya. Si es que al final una decisión tan nimia, a simple vista, como la de un turista que permanece una noche más en su destino repercute en unas cifras que mueven gran parte de la economía de un país. Por eso, porque lo que realmente importa hay que buscarlo en la parte de abajo, resulta alentador que los gobiernos planifiquen sus gastos pensando en el aspecto social o que los productores de plátano puedan salir ganando a pesar de vivir en una isla periférica. Con razón decía ya el Evangelio aquello de que los últimos serán los primeros.
