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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

Un poco de corazón

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura1 min
Sociedad10-09-2006

Quizás sea la asignatura pendiente de todos los septiembres. Y la de los eneros, febreros, marzos... Y no suspendemos, precisamente, por el susto que propina a las familias la factura de la vuelta al cole; ni por el estrés postvacacional, aunque todo influye. El problema es que, a estas alturas del curso, vivimos como si no nos importase. Por eso cada vez le dejamos menos espacio dentro del pecho, le metemos prisa y le agobiamos, le secuestramos para aparentemente dejar salir libres las ocurrencias de nuestra cabeza hueca y con todo le condenamos al más cruel de los cautiverios. La culpa es de todos, pues todos tenemos uno que viene a sufrir prácticamente lo mismo, según los casos. Pues de una u otra forma todos le martirizamos, incluso a veces el martirio se lo hacemos al del vecino con la ayuda del cuchillo y tenedor. Y lo cortamos en cachitos, le echamos un poquito de sal y limón y nos lo zampamos crudo. Así, no es extraño que el pobre se plante en huelga un día de estos y nos pegue un susto o, directamente, nos cante el jaque mate en un pálpito incierto. Es entonces cuando muchos empezamos a mimarle mientras descubrimos que nuestra vida tiene para él otro uso: mantenerle sano y llenarle de buenas intenciones. Motivos para hacerle trabajar existen a millones: ayudar al que viene de fuera, evitarle la velocidad, airearle de los malos humos... ¡Lección aprendida! Más vale tarde que nunca...

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo