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ETA

Las víctimas confían en la Justicia mientras piden unidad a los políticos

Por Antonio PérezTiempo de lectura3 min
España21-07-2006

Después de ser juzgado por el secuestro y asesinato del concejal del PP de Ermua Miguel Ángel Blanco en julio de 1997, Francisco Javier García Gaztelu, alias Txapote, ha seguido rindiendo cuentas con la Justicia en la Audiencia Nacional por el asesinato del socialista Fernando Múgica.

La Justicia no descansa por vacaciones, ni tampoco en alto el fuego. Después de que la Audiencia Nacional acusara al exdirigente etarra García Gaztelu y a su compañera sentimental, Irantzu Gallastegui, alias Amaia, a cincuenta años de cárcel por el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, los jueces han seguido juzgando a Txapote por otros crímenes como el asesinato de Fernando Múgica, dirigente socialista, en el año 1996. Durante el juicio, el acusado afirmó que el tribunal no tiene competencia para juzgar a “luchadores vascos” y se negó a responder a las preguntas del fiscal. Su actitud, sin llegar al comportamiento mostrado durante el juicio de Blanco y ante sus familiares, se ha mantenido fría y desafiante. En el momento más tenso, el acusado tuvo que ser esposado y controlado por dos policías, al llamar al presidente del tribunal que le acusa, Alfonso Guevara, “monigote de circo” y al calificar el juicio como espectáculo circense el juicio. “¿Así es cómo nos queréis?”, preguntó García Gaztelu al tribunal al verse esposado. Después de un encontronazo verbal y de discutir sobre si el juez tenía autoridad para decidir que permaneciese de pie o sentado, respondió dándole una patada al cristal del habitáculo donde se encontraba. El día antes, cuando comenzó el juicio, uno de los hijos del socialista asesinado, José María Múgica, que estuvo presente en el momento en el que ocurrieron los hechos, reconoció públicamente a García Gaztelu “sin lugar a dudas” como uno de los asesinos de su padre –el otro etarra acusado fue Valentín Lasarre, que ya fue juzgado-. “No olvidaría su rostro ni en mil años”, aseguró Múgica, a la vez que añadió que desearía que se muriera en la cárcel. El comentario supuso una llamada al orden por parte del tribunal, con el objetivo de evitar que se repitiera lo ocurrido durante el juicio por el asesinato de Miguel Ángel Blanco. La familia Múgica ha aprovechado las circunstancias para pedir unidad política en la lucha antiterrorista, especialmente entre el PSOE y el PP. En el acto estuvieron arropados por representantes de las víctimas del terrorismo. José María Múgica, el mismo día en que se inició el juicio contra Txapote, compareció ante los medios de comunicación para hacer su valoración sobre el proceso de paz. Desde su punto de vista, el país se encuentra ante una oportunidad “extraordinaria” para acabar con el terrorismo y que los partidos no vayan unidos en estas circunstancias supone, a su juicio, una acción “profundamente suicida”. La familia también se refirió a la reunión mantenida por el líder del PSE, Patxi López, con Batasuna. Criticaron el encuentro debido a que se trata de una formación ilegal. En ese sentido también se ha pronunciado la Fiscalía y el juez Baltasar Garzón, que no ven ningún indicio de delito en la reunión entre López y Otegi. Además de Txapote, durante la pasada semana, Francia entregó a España a los terroristas Julia Moreno y Juan Antonio Olarra, acusados de pertenecer al Comando Madrid. El vídeo de la polémica Mientras los afectados por el terrorismo confían en la Justicia, el PP y el PSOE han protagonizado una nueva polémica debido a la política antiterrorista del Gobierno de Rodríguez Zapatero. En esta ocasión, el desencadenante ha sido un vídeo editado por el PP del País Vasco en recuerdo por el aniversario de la muerte de Miguel Ángel Blanco. En la cinta aparece una viñeta publicada en el diario Gara, en el que se puede ver una rosa (símbolo de los socialistas) y una serpiente enroscada (como la que utiliza ETA su anagrama). La utilización de esa imagen que fusiona ambos símbolos como último fotograma del vídeo de los populares ha irritado al líder de los socialistas vascos, Patxi López. En un principio, pidió una rectificación del PP y un cambio de actitud, pero finalmente su partido ha decidido no emprender acciones judiciales con el objetivo de no enturbiar más aún la escena política.

Fotografía de Antonio Pérez