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SIN ESPINAS

Política de modelos

Fotografía

Por Javier de la RosaTiempo de lectura4 min
Opinión14-05-2006

El catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid Rafael Navarro Valls me ha aclarado el tipo de política que necesita España. Teniendo en cuenta que el fin que debe perseguir toda acción política es la Justicia, y que esta acción se ejecuta previa elaboración y aprobación de leyes; sólo las legislaciones que dan a cada uno lo suyo y ordenan la sociedad con una medida adecuada pueden aspirar a ese gran anhelo generador de paz social. En la actualidad, ordinariamente esa adecuación es de hecho imposible porque se confunde dar a cada uno lo que le corresponde con otorgar a todos lo mismo. Un falso concepto de igualdad proveniente del igualitarismo acuñado en el siglo XVIII por el pensamiento ilustrado. Además, en la actualidad, quienes detentan el poder hacen utópico el ideal de la Justicia porque niegan la existencia de aquello que fundamenta la igualdad y les capacita para poder dar a todos y a cada uno de los ciudadanos lo que le pertenece. Esto explica pues el dogma de nuestros días: la Verdad no existe, si existe no podemos llegar a conocerla, y su validez no es universal sino que depende de las circunstancias, los momentos históricos o lo que opine el sujeto que observa la realidad. Es decir, si se cree que la Verdad no existe, la Justicia es tan imposible como una Paz que no esté basada en ella y en el Perdón. De hecho, sólo con una legislación cimentada en esos fundamentos es posible alcanzarla. Lo contrario, negarlos, provoca desastres a medio y largo plazo puesto que la acción de poder legislativo se convierte en el efecto podrido de la visión subjetiva de un gobernante o del grupo que temporalmente detenta el poder. Cuando ese foco de putrefacción legislativa empieza a corromper como una manzana a toda la sociedad, esos mismos dirigentes comienzan a desarrollar una política de remedios y de parches que ceden como diques hechos con arena. Frente a todo esto, el maestro Navarro Valls propone una política de modelos cuyos resultados generen una corriente de imitación beneficiosa para toda la sociedad. Beneficiosa porque el conocimiento profundo del modelo y la fiel aplicación del mismo no sólo hace crecer en progresión geométrica la bondad de su práctica sino porque la fuente de posibilidades que genera facilita la asociación creativa de modelos cada vez más perfectos. La bondad de estos modelos políticos se sustenta en la creencia de que es posible encontrarlos. Esa confianza mueve a buscarlos con una esperanza inasequible al desaliento y a aplicarlos con fidelidad, prudencia, fortaleza y templanza una vez conocidos, aceptados, aprobados, experimentados y puestos en práctica. La fidelidad a ese modelo político y legislativo debe ser tal como la pasión con que uno ama el camino hacía aquel lugar donde reine la Paz y la Justicia entre los hombres. El que realmente fuera Reino de España vive hoy una política de parches para la inmigración, el terror doméstico, el régimen salarial o el precio de la vivienda. Y un experimento de legislación corrosivo para el ser humano y la cohesión social en materia de derechos fundamentales como la vida; y libertades como la religiosa, para la independencia de la información o la libre competencia. Esto sin olvidar la regresión democrática que provoca no haber regenerado el modelo político, a pesar de que los 3 últimos presidentes del país lo prometieron en elecciones. Ello ha hecho más confusa la separación de poderes y más injusta la conformación del parlamento. La educación diseñada no sólo empobrece al español sino que acompaña al proceso de involución y decadencia que viven amplios sectores de la sociedad, incrementando aún más las desigualdades sociales y anulando el espíritu crítico tan necesario en una sociedad que pretende ser plural. Y por último, las alteraciones de la legislación civil en materia matrimonial no sólo favorecen las rupturas del núcleo familiar, como rápidamente han evidenciado las estadísticas, sino que incluso denigra la importancia de su pervivencia y pretende anular la razón de ser de la unión matrimonial. Ojala España sea pronto una embajada de ese Reino de la Justicia y el Amor. Sólo la creencia, el seguimiento y la vivencia fiel de ese modelo justo podrá conseguirlo. Recemos y hagamos por que llegue cuanto antes.

Fotografía de Javier de la Rosa