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UCRANIA

Los partidos ucranianos buscan coaliciones tras las legislativas

Por Luis Miguel L. FarracesTiempo de lectura3 min
Internacional02-04-2006

Algo más de 37 millones de ucranianos estaban convocados la pasada semana a las urnas para renovar la Rada, el Parlamento del país. En ellas estaba en juego no sólo el futuro Gobierno de Ucrania, sino su orientación internacional para los próximos años. Al final, los apretados resultados entre filorrusos y prooccidentales han obligado a los partidos a buscar posibles coaliciones para tomar las riendas de un Estado que desde 2004 se encuentra entre dos tierras.

Batacazo electoral quizá haya sido la frase más repetida por los expertos para definir la suerte del partido del presidente Víktor Yushenko en las legislativas. Y es que Nuestra Ucrania, con algo más del 16 por ciento de los sufragios, sólo pudo convertirse en la tercera fuerza política del país pese a sus altas aspiraciones. Por delante se situaron el Partido de las Regiones del ex presidente Víktor Yanukovich, depuesto en 2004 tras la Revolución Naranja, que con el 27 por ciento de los votos es el principal partido de la escena ucraniana; y el bloque de Yulia Timoshenko, que con el 23 por ciento de las papeletas se sitúa ahora como la heredera de los Maidán, las plazas donde los naranja se aglutinaron en sus manifestaciones. Por su parte, socialistas y comunistas, con un seis y tres por ciento de votos, respectivamente, completaban la composición de la nueva Rada. Los apretados resultados de las elecciones han obligado a los partidos del país a buscar coaliciones de Gobierno, una tarea que se prevé complicada. Lo más lógico a priori sería que los Naranja (Nuestra Ucrania, los socialistas y los seguidores de Timoshenko) recuperaran sus promesas de 2004 y firmaran un pacto para encargarse de un Ejecutivo prooccidental. Y esa intención fue precisamente la que dejó entrever el presidente Yushenko tras darse a conocer los resultados de los comicios. Pero los numerosos detractores con los que cuenta Timoshenko en la cúpula de Nuestra Ucrania han puesto en duda que tal acuerdo sea factible. Timoshenko, quizás la política más carismática de Ucrania en estos momentos, fue primera ministra hasta 2005 y su gran aclamación popular y su ferviente reformismo no ha calado nunca entre la vieja guardia de los políticos ucranianos. Por ello, también se baraja la posibilidad de que Nuestra Ucrania y los rusófilos del Partido de las Regiones formen una coalición que hace tan sólo unos meses hubiera sido calificada como antinatura. La coartada de los defensores de este hipotético acuerdo entre ambos partidos es la de que de esa manera quedarían unidos los intereses de los ucranianos del Este, rusoparlantes y partidarios de la alineación con Moscú -representados en el Partido de las Regiones- y los de los ucranianos del Oeste, partidarios del acercamiento a la Unión Europea representados por Nuestra Ucrania. Ante esta opción Timoshenko, que se muestra convencida de que debe asumir el cargo de primera ministra a la cabeza de una coalición naranja afirma que sólo serviría para perpetuar la inmensa oligarquía anquilosada en el poder del país. Primeras elecciones tras la Revolución Naranja Los comicios de la pasada semana fueron los primeros celebrados tras la Revolución Naranja, fenómeno acaecido tras las presidenciales ucranianas de 2004. En ellas, el candidato prorruso Víktor Yanukovich lograba su reelección gracias a una supuesta victoria de tres puntos sobre el aspirante prooccidental Víctor Yushenko. Ante las irregularidades denunciadas por los electores y por los observadores internacionales, millones de ucranianos salieron a la calle con emblemas naranjas (el signo distintivo de la oposición en esos momentos) para exigir la repetición de los comicios. Además, poco tiempo después salió a la luz una trama que opositores de Yushenko organizaron para intentar asesinar por envenenamiento al candidato de Nuestra Ucrania. Finalmente, las manifestaciones multitudinarias lograron su objetivo y tras la repetición meses después de las elecciones Yushenko se convirtió en el nuevo presidente del país.

Fotografía de Luis Miguel L. Farraces