Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ANÁLISIS DE SOCIEDAD

El último cuento del abuelo

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Sociedad19-03-2006

Abuelo, esta noche quiero soñar que me cuentas una de aquellas historias ingeniosas que interpretabas en mi niñez, con las que aprendí a ponerle latidos a la vida, sensatez a las acciones y voluntad a todo aquello que merece la pena en esta vida, que es mucho. Cuando esta noche sueñe que me cuentas el cuento que te quedaste sin narrar imaginaré en mi subconsciente dormido que puedo agarrarte de la mano. Aún recuerdo tocar las durezas que esculpió en ellas el trabajo de zapatero. Creeré entonces pisar las praderas de la niñez, evitando meter el pie en un arroyo silencioso sembrado de corujo. ¿Te acuerdas? Cuando despierte, quizás tenga la resaca de la peor de las borracheras, pero en eso sí que habrá merecido la pena sobrepasarse: tú si que sábes qué es divertirse, pues muchas veces te emborrachaste, pero de vida. Es una pena, porque seguramente las primeras luces del alba abortarán el vuelo de mi memoria feliz sobre tus recuerdos de juventud. Supiste ser joven, un tío legal. Abuelo, también supiste ser un viejo entrañablemente digno, un tipo amable, simpático. Sé, José, que el cuento de esta noche sea quizás el último, pues ya no tienes voz para contar historias, ni acertijos y adivinanzas. Hace unos días ya que tu recuerdo se ha convertido en inmigrante en mi memoria, pero tengo hacia él -hacia tí- una extraña sensación de acogida, seguramente parecida a la que tuviste cuando andabas buscando un sitio sobre el mapa de tu otra vida, o cuando aquellos rostros nuevos de extranjeros se cruzaron ante tu silla de mimbre mientras tomabas el fresco del verano. ¡Qué bueno que va a ser el sueño! Me hablarás otra vez del hambre que pasaste en la guerra, de lo bien que escribía tu madre y lo que aprendiste de ella y de lo enganchado que estabas a la vida. No todo se aprende en la escuela. Hay maestros como tú que son como cien enciclopedias juntas. Espero haber sido buena alumna. Buenas noches. Espero que descanses. Hasta mañana, abuelo.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo